Luis Marchese, CEO de Sierra Metals

Nuestro planeta se dirige a un futuro climático en el que posiblemente su temperatura aumente en 2°C para el año 2030, lo que significa la pérdida irreparable de parte de la biodiversidad; y si no queremos que el termómetro registre una marca más alta y con consecuencias aún más catastróficas, es necesario, entonces, apostar por aquellos metales que estimulen un escenario de convivencia más sostenible, ecológico y seguro para todos.

Esta fue la apreciación que dio a conocer el Ing. Luis Marchese, quien ofreció una charla magistral para el programa Cantera de Talentos para la Minería, que organiza el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), con el propósito de actualizar e incrementar los conocimientos de los estudiantes y egresados de la carrera profesional de Ingeniería de Minas, principalmente, con clases totalmente gratuitas y una plana docente de gran trayectoria.

Los metales, en cuestión, son el aluminio, el níquel, el litio, el cobalto y, sobre todo, el cobre, que hoy se explota en varias partes del mundo, está presente en todos los sectores económicos y es el insumo principal para la generación de energía eléctrica limpia y la manufactura de vehículos propulsados con electricidad.

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Pues bien, ¿cuánto cobre se necesitará para limitar el calentamiento global a 2°C? El CEO de Sierra Metals, con base en datos del grupo de consultoría e investigación Wood Mackenzie, respondió que la cantidad a producir deberá ser de 19 millones de toneladas adicionales por año, es decir, un incremento del 70%. Y aquí, precisamente, es donde tiene un papel protagónico el Perú, ya que es la segunda potencia con mayor oferta de cobre en el mundo.

Ser uno de los principales bastiones de suministro de cobre, es también prepararse para un nuevo rumbo en la demanda de este metal en los siguientes años. Se estima, en ese sentido, que, para el 2040, transitarán más de 320 millones de vehículos eléctricos, y todos ellos con decenas o centenares de kilos de cobre en su interior, listos para apretar el acelerador y ganarle al cambio climático.

Para tener una imagen de cuánto cobre puede albergar un vehículo en sus distintas modalidades, Luis Marchese explicó que uno del tipo convencional usa 23 kilos; uno híbrido, 40 kilos; uno híbrido eléctrico, 60 kilos; y uno completamente eléctrico, 83 kilos; mientras que un bus eléctrico, hasta 300 kilos, lo que, en definitiva, contribuye a ser más eficiente en el nivel de emisiones de residuos y así cumplir con tres de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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Proyectos de cobre depende de tasa de retorno y precios

Pero, por el momento, el Perú solo produce poco más de 2 millones de toneladas de cobre por año, por lo que si quiere convertirse en una mayor fuente que sirva en la lucha contra el calentamiento global, deberá echar mano a su cartera de proyectos mineros, cuyo 70% de inversión conjunta se centra en la explotación de cobre; no obstante, para el profesional en Ingeniería de Minas esto resulta más complicado de lo que parece, pues sacar adelante un proyecto puede tomar ahora entre 10 a 20 años, según su experiencia.

“Hay muchos proyectos en el pipeline, pero no todos salen en los tiempos planificados. Y eso se debe a que presentan diversas dificultades, como, por ejemplo, encontrar una tasa de retorno superior al 15% y un precio base de $ 3.75 por libra de cobre. Y no solo eso, también requieren competitividad, talento y un entorno social pacífico. El riesgo es el enemigo de la inversión minera, y no importan cuán altos sean el retorno y el precio”, sinceró el ejecutivo.

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Cuatro operaciones de cobre de clase mundial en el Perú

No obstante, alabó que en el Perú se afinquen cuatro de las más grandes minas de cobre en el planeta, siendo ellas Antamina, Las Bambas, Cerro Verde y Toromocho, sumado a la ya operativa Mina Justa y a la próxima a iniciar Quellaveco, lo cual hará que la producción anual se eleve a 3 millones de toneladas, acortando así la distancia competitiva con el vecino Chile.

De esta manera, el Ing. Luis Marchese confió en que el precio del cobre se sitúe por encima de los $ 7,500 por tonelada en los próximos años, de acuerdo con las perspectivas del Banco Mundial, lo que renovará los ánimos de las empresas mineras para repensar sus inversiones y enfocarse en la formulación de estudios y obtención de permisos para sus nuevos proyectos.