Minería Ilegal

A 13 mil pies de altura (4 mil metros) la selva luce herida de muerte. Los aviones de la Fuerza Aérea vuelan en círculos y confirman lo que todos saben, pero nadie enfrenta: la minería ilegal continúa arrasando los bosques y matando los ríos en la región de Madre de Dios, en la frontera con Bolivia y Brasil.

La herida de color marrón se disemina a lo largo de unas 18 mil hectáreas, y gran parte de ellas están próximas a áreas naturales protegidas.

Esta suerte de metástasis ha crecido en los últimos años por acción de cientos de dragas y retroexcavadoras que en cuestión de meses convierten grandes porciones de selva en pantanos inertes cargados de mercurio y cianuro.

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Operación Harpía IV

Comprobar esto solo era posible desde el aire, y la FAP lo hizo como parte de las operación Harpía IV de vigilancia y control del espacio aéreo en la región Madre de Dios, los días 3, 4, 5, 6 y 7 de diciembre.

El Comando de Control Aéreo de la FAP registró miles de fotografías y videos que permitirán identificar y enfrentar actividades ilícitas y generar mecanismos de respuesta frente a desastres naturales.

El avión C-26B, dotado de un sensor ADS80, captó imágenes mediante un barrido, y con una cámara Flir Starfire HD, registró videos de altaresolución, los cuales serán empleados por distintas instituciones de Estadopara las acciones que correspondan.

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Estas operaciones que sirvieron para comprobar que los principales focos de deforestación siguen estando en La Pampa, el mayor centro de minería ilegal del Perú, y la cuenca alta del río Malinowski, distante a 20 kilómetros.

Las áreas devastadas se ubican –por ironías del destino– en concesiones destinadas a la reforestación y en un territorio perteneciente a la comunidad nativa Kotsimba.

Fuente: La República