ProActivo | En las últimas tres décadas, la minera peruana ha experimentado un notable crecimiento. Sin embargo, ha encontrado en su camino diversos obstáculos como consecuencia de los conflictos generados por la falta de confianza.

“Para ir superando esa situación tenemos la iniciativa Rimay impulsada por el BID desde el 2018 y que ha pasado por las manos de 6 ministros de Energía y Minas. Este foro debe mantenerse en el tiempo para la construcción de confianza y el diálogo en la actividad minera, que es la única forma de que esta industria gane mayor fuerza en su desarrollo, porque la minería es de vital importancia para el Perú”, fundamentó el exministro de Energía y Minas, durante ceremonia de Premios ProActivo 2021.

Diálogo multiactor es clave

Dijo que Rimay está basado en el desarrollo y diálogo multiactor y con grupos técnicos de trabajo. “Lo trascendente es que en las reuniones se ha llegado a concordar que en un diálogo de buena fe y de plena capacidad de escucha y empatía, se pueden entender incluso hasta los grupos normalmente confrontacionales. Es lo más valioso”, remarcó.

Refirió que los diálogos multiactor se han seguido haciendo incluso en plena pandemia, como el realizado en Moquegua, y el que está pronto a iniciarse en Cajamarca. “En Moquegua se vio el tema de los METS, cuyo grupo técnico ha establecido una hoja de ruta tecnológica para los proveedores de minería. También se compartió experiencias de desarrollo de recursos hídricos en minería. Ha sido llevado a cabo bajo un coliderazgo con el gobierno regional para potenciar el desarrollo de la zona, bajo el impulso de la minería”, apuntó.

Dijo que el desarrollo de los METS tiene que ser continuo por parte del ministerio de la Producción, a cargo del mismo. “Lo importante es que se basa sobre una experiencia de diálogo multiactor, definiendo una visión compartida entre los proveedores mineros, los representantes de las empresas y las autoridades. Ya se avanzan algunas iniciativas, y este 2021 se dio la norma que aprueba la hoja de ruta tecnológica en este tema”, citó.

Mejorar la ejecución de recursos generados por minería

Afirmó que lo que se necesita hoy en el Perú es mejorar con urgencia la ejecución de los recursos fiscales generados por la minería, invirtiendo adecuadamente los dineros del canon distribuido entre las regiones.

“Para lo cual, es sustancial poner el plan de desarrollo al centro, como se está haciendo en Moquegua y así aspiramos que se haga en Cajamarca”, añadió.

“Rimay, como centro de convergencia de las buenas prácticas minero energéticas, no es del gobierno de turno, como suele pasar. El actual gobierno está haciendo todo un esfuerzo para potenciar este foro que allana el diálogo para la solución de los conflictos mineros en los espacios regionales. Se trata de demostrar que con diálogo y buena fe se generan cosas importantes para el país”, subrayó.

En tal sentido, señaló que compartir las buenas prácticas ayuda a construir confianza  para poner el  desarrollo como prioridad, “una mejor estrategia  para  que la minería sea reconocida y apreciada por todos los actores en el Perú”.

“Pensar fuera de la caja”

Luis Miguel Incháustegui, observó que no es posible que en los últimos 30 años en el Perú las autoridades no hayan podido lograr un mayor desarrollo del país, a partir de la minería.

“No vamos a seguir esperando a que eso perdure, y más bien hay que tener un propósito que vaya más allá que buscar solo rentabilidad y la maximización de las ganancias para los accionistas, sino ayudar al entorno, al tiempo que se genera un mayor valor para la empresa”, aseguró.

Manifestó que el mundo está asumiendo un nuevo paradigma orientando a las empresas “a pensar fuera de la caja”.

“Pensar que siempre la solución se va a dar haciendo lo mismo. No se trata de reemplazar al Estado, sino de ayudarlo a que cumpla su función del desarrollo de las comunidades. En ese sentido, hay iniciativas muy interesantes de valor compartido”, indicó.

“Por ejemplo, tenemos la iniciativa de Antamina, con sede en Ancash, de buscar un desarrollo no solamente dentro de su área de influencia, sino en un área mayor de la región, capacitando a las autoridades a ejecutar correctamente los grandes ingresos que obtienen por la minería”, explicó.

Anotó que se trata de un gran reto de cómo hacer que el dinero que se recaude (en minería), se transforme en desarrollo, pero rápidamente.

“Hay que enseñarle (al Estado) a realizar esa gestión correctamente”, mencionó.

El mundo está cambiando hacia esa meta

El gran desafío de las empresas mineras en el Perú, de generar ese tipo de desarrollo y ayudar a las poblaciones de su entorno a resolver sus necesidades, fue destacado por el Incháustegui. “El mundo está cambiando bajo ese aspecto. Ahora las empresas ya comienzan a definir sus metas  de otra forma. Existe un fondo global, el Black Rock, que tiene más de 8 mil trillones de dólares invertidos en todo el mundo, y que les está pidiendo a las empresas en donde tienen inversiones a que redefinan su propósito y trabajen resolviendo las necesidades de su alrededor y al mismo tiempo generen su propio valor”, ilustró.

Finalmente dijo: “En un país que no es próspero, es difícil el desarrollo de negocios por las brechas que tiene pendiente por resolver”.