Vía Interoceánica | Foto: CAF

La carretera Interoceánica no cumplió los objetivos por los que fue construida. Fue impulsada para incrementar el comercio entre Puno y Brasil, en distintos rubros. Este propósito quedó relegado frente a las dos actividades que más destacan alrededor de la vía: la minería ilegal y la producción de hoja de coca para el narcotráfico.

Según la Cámara de Comercio y Producción de Puno, las exportaciones del Altiplano al país carioca en los últimos años no alcanzan el medio millón de dólares. En 2015, se exportaron US$ 66 472.73, de los cuales US$ 2104.73 corresponden a tejido de lana de alpaca y otros. En el 2016, se elevó a US$ 114 268. En 2017, se bajó a US$ 110 000. En 2018, se llegó a solo US$ 120 000.

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La minería ilegal es la que mayor monto maneja en comparación a las exportaciones puneñas. Según la Oficina Regional de Inteligencia, los mineros ilegales explotan oro en la cuenca del Inambari con maquinaria pesada que supera los 10 millones de dólares, entre cargadores frontales, retroexcavadoras y volquetes.

Los sembríos de coca también se elevaron en casi todos los poblados por donde cruza la carretera hasta llegar a Puerto Maldonado. Solo en el valle de San Gabán, según el Sistema Integral de Monitoreo de Cultivos Ilícitos, la superficie con hoja de coca alcanzó las 1296 hectáreas en 2017, lo que representa el 3% a nivel nacional. Si se compara al 2016, aumentó el área en 226%.

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Por hectárea, se cosechan 30 arrobas, cada una de las cuales tiene un valor de 250 soles. Al año se efectúan cuatro cosechas.

Fuente: La República