Ministerio de Energía y Minas / Foto: Andina

Ministerio de Energía y Minas / Foto: Andina

Por Mónica Belling

Lunes 16 ocurre un huayco que atrapa a 7 mineros en un socavón de la minera Las Gemelas, en vías de formalización en Acarí Arequipa. El miércoles 18 los medios de comunicación reciben la noticia sobre las víctimas. Jueves 19 el Ministerio de Energía y Minas desarrolla la conferencia de prensa sobre formalización de la minería artesanal, encabezada por el titular del sector y en compañía de los ministros de Ambiente, Justicia y Cultura. La ponencia no abordó directamente el accidente ocurrido con los protagonistas de la temática. Una oportunidad perdida para acercarse a los miles de trabajadores mineros y decirles con actos que esta vez el Estado se compromete con ellos.

Aquel lunes el deslizamiento de lodo y rocas cubrió una conocida zona minera, Acarí, y el hecho no pudo ser informado rápidamente por una de las carencias que este subsector de la minería vive: la falta de servicios básicos. Si bien es cierto que hay un interés por atender la problemática de miles de trabajadores en este campo, por otro lado pareciera desconocerse de las dificultades reales que viven para obtener el mineral.

El sur medio ha sido, durante varios años, tema de estudio y apoyo técnico primero por el Banco Mundial y posteriormente por la cooperación suiza y la cooperación canadiense, debido a ser un lugar de intensa actividad minera en pequeña escala y que merece la atención para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y las familias que allí viven. Hasta la fecha el Estado peruano ha  hecho poco y solo de manera coyuntural sin ver el fondo de la problemática.

En la entrevista con ProActivo, el dirigente Manuel Reinoso recuerda que hasta la fecha  todas las medidas legislativas que se han dado por distintos gobiernos tiene como fin recaudar, delimitar y castigar; sin embargo, no contemplan darle a este subsector infraestructura básica, como son carreteras y servicios básicos (salud, seguridad y educación).

En el caso del accidente en Acarí, queda claro que trabajar en los Andes peruanos tiene un alto grado de dificultad para toda la minería y en el caso particular de los mineros artesanales se complica la situación de ellos al no contar con suficiente capital para construirse sus propias vías y por tener una invisibilidad ante el estado, la cual ha podido observarse con motivo del pasado accidente pese a la buena intención del presidente PPK, de prestar ayuda con un helicóptero, para el rescate.

La actividad minera cuenta con rescatistas experimentados para este tipo de hechos, una convocatoria a la participación solidaria de las mineras, hubiera sido muy beneficiosa en lugar de una tardía reacción a cinco días del hecho. Sin construir una cápsula Fénix, como lo hizo Chile para sus mineros en pequeña escala, un rescate oportuno sí resellaba la buena reputación minera del país.