El gobierno chileno ya cuenta con el “Estudio de factibilidad técnica y económica de la interconexión eléctrica Chile-Perú”. El proyecto implicaría una línea de transmisión en 220Kv y 200 MW de capacidad que uniría subestaciones en Tacna y Arica. El proyecto tendría un costo de inversión de US$ 57 millones y una TIR cercana a 15%.

¿Cuál sería el modelo para operar la línea?

Jorge Vargas, gerente general de Conelsur, subsidiaria peruana de Transalec que opera en Chile, considera que lo que suele hacerse en estos casos, debido a que hay regulaciones diferentes en cada país, es “crear un espacio para hacer algunas excepciones”

La conexión entre, por ejemplo, Estados Unidos y Canadá, comenta el especialista, fue sencilla pues sus regulaciones se parecen mucho. “Pero en este caso hay dificultades. En América Latina hay modelos de asignación de concesiones distintas entre los países”, indica Vargas.

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La principal diferencia en cuanto a concesiones de líneas de transmisión entre Perú y Chile es el plazo. Mientras que en Perú predominan las concesiones a plazo finito, en el caso chileno lo más común ha sido otorgarlas a perpetuidad.

“Lo más razonable es buscar un modelo que permita a ambos países desarrollar el proyecto y dar seguridad tanto al inversionista como al Estado”, indica el gerente general de Conelsur. Desde su punto de vista, lo ideal sería que se use un modelo de plazo finito, más similar al peruano.

Flujos

Según lo previsto en el estudio, la interconexión entraría en operación el 2024. Así, en ese escenario, lo más probable, indica Vargas, es que el flujo de energía el flujo predominante vaya de Chile a Perú.

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Se ha estimado que hacia el 2021, la oferta eléctrica en Perú dejaría de ser superavitaria y, al carecer de un gasoducto que lleve el hidrocarburo al Nodo Eléctrico del Sur, entrarían en operación centrales menos eficientes que encarecerían el precio de la electricidad.

En opinión de Vargas, y en este contexto, la interconexión sería muy beneficiosa para el sur del Perú. “Permitiría proveer de energía barata”, considera. Agrega, sin embargo, que en un plazo mayor también habría beneficios de una venta predominante de Perú a Chile.

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