Monseñor Miguel Cabrejos

El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), monseñor Miguel Cabrejos, se refirió a la invitación que recibió del Gobierno para participar en la mesa de diálogo de hoy en la comunidad de Pumamarca, Apurímac, sobre el conflicto en Las Bambas. Precisó la disposición de la Iglesia de participar en la solución del problema entre la empresa minera y las comunidades, pero indicó que el Gobierno no ha sido claro en señalar el papel que le tocaría a la representación católica.

“La gran pregunta que yo me hago es qué es lo que quiere el Gobierno, mediación o una simple participación dentro de un equipo como oyente o como veedor, acompañando el proceso nada más. Entonces, si es para acompañar un proceso, pues tiene poco sentido. La Iglesia siempre está dispuesta a participar para que los conflictos se solucionen, apostamos por el diálogo, por la no violencia. Pero no se saca casi nada simplemente con acompañar un proceso”, sostuvo el obispo de Trujillo en la entrevista concedida a Augusto Álvarez Rodrich para LR+.

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Tras anotar que la Iglesia no es parte del Gobierno ni de la empresa minera, tampoco de los comuneros, Cabrejos precisó que necesita que las tres partes involucradas en el conflicto acepten la mediación de la Iglesia. El pedido les ha llegado del Gobierno y de la empresa MMG Las Bambas, aunque la minera también solo habla de acompañar el proceso junto con la comisión encargada por el Gobierno. Los comuneros no se han pronunciado al respecto.

Teniendo en cuenta su experiencia en la solución de conflictos sociales, el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana mencionó ciertas condiciones.

“Primero, la capacidad de escuchar a todas las partes, no solo a una de ellas. Segundo, tiene que haber una especie de desprendimiento, que las partes estén dispuestas a aceptar para la solución del problema. Si nadie quiere ceder nada, es imposible. Tiene que haber una disposición a salir del contexto de cada una de las partes, tiene que haber aperturas a saber llegar y tener cosas comunes, ciertamente el bien común, el bienestar del Perú”, consideró.

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A esto agregó un elemento que estimó esencial: la necesidad de la presencia de un quechuahablante, porque es importante entender la mentalidad de los comuneros. Dijo que la Iglesia tiene obispos quechuahablantes y si dentro de esa negociación se lo piden, lo pondrán.

“Es un punto fundamental que nadie piensa hoy”, indicó.

Miguel Cabrejos también declaró que si se diera el pedido para que la Iglesia tenga un rol independiente en la mesa de diálogo, los obispos tendrían que dialogarlo.

“Como CEP actuamos en equipo, esta es una evaluación en equipo, y si se dan las condiciones de la mediación podemos ayudar, pero ya es tarde. El pedido llega muy tarde, y la presencia de la policía allí de manera violenta no es la solución, va a empeorar todo”, alertó monseñor Cabrejos tal vez recordando cómo el presidente Castillo desairó a monseñor Pedro Barreto.

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La solución no es producto de un par de horas

Monseñor Miguel Cabrejos tiene experiencia en mediación de conflictos. Participó en el caso Conga, en Cajamarca, en el año 2011. El último fue en 2019, en Las Bambas, Apurímac.

“En el 2019 hicimos de mediadores, pero la CEP presidió las reuniones, muchas reuniones, horas de horas en la sede de la conferencia y también en la zona, en Fuerabamba. No es producto de un par de horas ni de soluciones rápidas, hay que escuchar a las tres partes”, sostiene.

Fuente: La República