Guillermo Quiroga Persivale

Guillermo Quiroga Persivale

Por Guillermo Quiroga Persivale *

Cuando sumamos una nueva tecnología a un nuevo modelo de negocio, la resultante es una innovación radical. De otro lado, viene bien recordar -para no perder perspectiva ni balance- la Ley de Amara que nos dice: “Tendemos a sobrestimar el efecto o impacto de una tecnología en el corto plazo, y a sub-estimarlo en el largo plazo”.

Por ello pienso, que nos puede ser de utilidad revisar algunos de los últimos desarrollos tecnológicos para estar al tanto de su potencial impacto en el panorama de los negocios. Para ello, voy a tomar como referencia los principales temas tratados en el Innovation Summit de IBM en Perú de hace pocas semanas. Quiero recoger cinco líneas de desarrollo tecnológico a considerar en nuestra toma de decisiones empresariales; ya que ellas presentan poderosas oportunidades de innovación estratégica en el corto plazo, y de transformación en el largo plazo.

La primera la denomino el mundo en la nube. Con ello hago referencia al cloud computing. El siguiente video es una explicación sencilla y completa del tema:

What is Cloud Computing ? A Fun Learning Explanation

Esta tecnología presenta, desde mi punto de vista, asombrosas oportunidades de innovación estratégica. Con el cloud computing tenemos la posibilidad de realizar profundos cambios en los modelos de negocio, de allí su potencial disruptivo. En esencia, con esta tecnología se pasa de la necesidad de contar con activos e infraestructura física, al uso bajo demanda, lo cual permite a las empresas flexibilidad, enfocarse en el core de su negocio y ser escalables.

La segunda tecnología es lo que se denomina Smart Data, la cual supera el concepto de big data, por cuanto esta tecnología nos debe ayudar a utilizar inteligentemente la información, y no solo a acumularla en base de datos que nadie revisa. El video que a continuación referencio nos ayudará a captar los fundamentos y alcances de esta tecnología:

Big Data Will Change Our World

Cuando digo inteligente me refiero a generar valor para el cliente y por tanto para la empresa. La información es el petróleo del siglo XXI, y la analítica de esa data es la chispa de la combustión, se dice en el video y tienen razón.

El tercer desarrollo tecnológico asombroso es la inteligencia artificial. El caso más notable es Watson un sistema cognitivo desarrollado por IBM, que es capaz de responder a preguntas formuladas en lenguaje natural. Con ello se logra facilitar una nueva forma de trabajo entre nosotros y las computadoras que acrecienta y potencia el expertise humano. No nos reemplaza. Es nuestro aliado. Vale la pena ser uno más del inmenso número de personas que han visto el video cuando Watson se enfrenta y gana a los mejores participantes de la historia del famoso concurso Jeopardy.

IBM's Watson Supercomputer Destroys Humans in Jeopardy | Engadget

Watson revolucionará la forma de interactuar entre nosotros y las máquinas. Nos ayudará en base a su gran capacidad y velocidad de procesamiento de información. Un ejemplo maravilloso de esto es lo que se está haciendo el Memorial Sloan Kettering Cancer Center al utilizar a Watson para mejorar los tratamientos de cáncer que ofrece a sus pacientes.

Las otras dos tecnologías son el Social Media y el internet de las cosas. Poco se puede decir del primero sin sorprendernos cada día más. Los números y su evolución son espectaculares. Lo único claro es que la información, la comunicación, e interacción no será como antes. En vez de enfrentar esta ola, hay que correrla con habilidad. Finalmente, el internet de las cosas tiene el potencial de generar un cambió mucho más profundo que el que generaron las revoluciones industriales, tal y como nos lo han hecho notar Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee del MIT Center for Digital Business en su libro The Second Machine Age: Work, Progress, and Prosperity in a Time of Brilliant Technologies.

Desde la perspectiva de los negocios da mucho que pensar lo señalado por Luis Huete en su post “El desafío de la Economía colaborativa” al citar a Tom Goodwin, vicepresidente estratégico de Havas Media: “La empresa de taxis más grande del mundo no posee ningún vehículo (Uber). La red social con más miembros no genera ningún contenido (Facebook). La empresa de retail más valiosa no tiene stock (Alibaba). La empresa hostelera más grande del mundo no posee ningún inmueble (Airbnb). Algo interesante está pasando”.

Las tecnologías descritas son asombrosas y lo que está sucediendo va a más. Sin embargo, para innovar estratégicamente hemos de ser capaces de trascender a la tecnología per se y hacernos poderosas preguntas de negocio. ¿Cuáles son las posibilidades futuras de estas tecnologías para resolver problemas reales de las personas? ¿Qué y cuánto nuevo valor será capaz de generar? ¿Esta tecnología será disruptiva? ¿Cómo se verán afectados mis clientes, procesos y empleados con este desarrollo tecnológico? ¿Mi negocio será sustituido? ¿Cómo puedo aprovechar las nuevas fronteras que están abriendo con mis capacidades actuales? ¿Qué de nuevo debo aprender para no quedarme y sufrir la misma suerte que los dinosaurios?

Termino señalando que no debemos perder de vista nunca la Ley de Amara, para no caer en un sobre optimismo naiv; i quedarnos tan anclados en el status quo por desconocimiento o comodidad que perdamos el paso y nos convirtamos en obsoletos.

Semana Económica


 

(*) Director de Postgrado de la UPC. Doctorando en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Politécnica de Cataluña. Máster en Dirección de Empresas de la Universidad de Piura. International Faculty Development Program en el IESE, España. Más de 15 años de experiencia en educación y formación ejecutiva. Consultor en temas de planeamiento estratégico, organización e innovación. Ha realizado diversos proyectos para empresas del sector cervecero, microfinanciero, servicios aeroportuarios, hotelero, telecomunicaciones, seguros, empresas constructoras y de servicios.