La buena gobernanza enfocada en potenciar los corredores mineros puede ser la clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
La falta de ejecución de casi S/ 14,600 millones transferidos entre el 2011 y el 2016, ayuda a explicar que el impulso económico de la explotación minera podría ser desaprovechado sin el fortalecimiento de una buena gobernanza. Desde el campo de la política pública, el documento de política “Agenda 2030: La minería como motor de desarrollo económico para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 8, 9 y 12” explora cómo la minería peruana podría contribuir al logro de estos objetivos vinculados al desarrollo económico. Para mejorar los impactos económicos de una cartera de proyectos mineros (US$ 60,000 millones) equivalente a 6 veces las inversiones que llegaron al Perú entre 1992 y el 2005, el estudio toma una mirada integral e interinstitucional, donde además del Estado, se plantea la necesidad de la participación del sector privado y la sociedad civil.
Hoja de ruta
Usando un Atlas elaborado por la Universidad de Columbia a solicitud de las Naciones Unidas, el documento, elaborado por Omar Narrea de la Universidad del Pacífico, identifica acciones desde la minería peruana que serían relevantes para alcanzar los ODS 8, 9 y 12. El estudio precisa que para transformarlas en políticas factibles de implementar se analizaron las instituciones responsables, sus recursos, normativas y competencias. Además, se consultó a académicos, tomadores de decisión, al sector privado y la sociedad civil planteando ocho propuestas de alta prioridad para ser implementadas hacia el corto (2019), mediano (2021) y largo plazo (2030). La primera recomendación es seguir a otros países que lograron con éxito gestionar una agenda de reformas al crear una institución conformada entre los sectores público-privado y la sociedad civil para generar estudios, canalizar recursos, acelerar emprendimientos y políticas.
Propuestas de política con una mirada integral
Narrea advierte que estas propuestas no parten de cero en la curva de aprendizaje porque buscan acelerar iniciativas exitosas, públicas o privadas, ya en marcha. Un “quick win” se puede lograr si el Estado impulsa los esfuerzos de aglomeración en el corredor minero Apurímac, Cusco, Arequipa y Moquegua, que ya abarca a un total de 60,000 trabajadores, tiene facturación por ventas cercanas a S/ 10,000 millones y donde proveedores locales han logrado avances tecnológicos como la empresa Resemin que exporta a 5 continentes. “Instrumentos recomendados para fortalecer este corredor apuntan a un plan de infraestructura y programas que vinculen empresas mineras con proveedores locales”, precisa. Para generar empleo de calidad, este estudio que fue financiado por la cooperación alemana en el marco del proyecto “Cooperación regional para la gestión sustentable de los recursos mineros en los países andinos”, también identificó la necesidad de iniciar en dicho corredor un observatorio de carreras técnicas y universitarias reduciendo así la brecha de profesiones y oficios demandados ante el futuro aumento de los proyectos mineros. Considerando además el gran potencial de las universidades públicas que en el 2018 recibieron por canon S/154 millones. El reto de la producción minera sostenible también se prioriza en las propuestas. Incentivos para que las empresas privadas inviertan en la remediación de los pasivos abandonados por otras empresas cercanas al área de influencia, puede abrir una oportunidad costo efectiva para generar una buena reputación ambiental y además abre el mercado de innovación para el manejo de los pasivos mineros.
Actores y recomendaciones de política– MTC podría estar a cargo de priorizar los corredores complementarios al corredor Apurímac-Cusco-Arequipa-Moquegua y establecer indicadores de ODS vinculados al desarrollo económico:ODS 8:Trabajo decente y crecimiento económico. |
Opinión
Luz Gamarra Caballero,Ingeniera economista, Coordinadora de proyectos CIES
Rutas hacia el desarrollo sostenible
Este estudio, elaborado con el apoyo del CIES, analiza al sector minero peruano priorizando algunas metas identificadas en tres ODS y plantea acciones específicas al respecto.
Una de estas metas es la 8.2: lograr niveles más elevados de productividad económica mediante la diversificación, la modernización tecnológica y la innovación, entre otras cosas centrándose en los sectores con gran valor añadido y un uso intensivo de la mano de obra. Es aquí donde la minería en el Perú cuyo aporte al PBI sigue siendo el más alto, después de servicios (superó el 10% en el 2017 y a abril del 2018 estaba en 9.8%), cobra un rol importante para la generación de innovación hacia una mayor productividad; y, para la formación de nuevas habilidades para el futuro del trabajo (término definido por la OIT que involucra el desarrollo sostenible y el trabajo decente). El documento propone potenciar el observatorio de carreras técnicas y universitarias “Ponte en Carrera” vinculando la demanda de empresas del sector minero, tal vez asociadas a la SNMPE; y también sugiere que las Mipyme puedan encadenarse en el mismo sector fortaleciendo sus capacidades en gestión y organización gracias a la alianza con Produce y el Minem.
Fuente: Gestión