Jose-Carlos De Piérola

Por: Jose-Carlos De Piérola (Sustainability, Social Development and Innovation Strategist)

Más allá de los desafíos que enfrenta la minería en el sur de nuestro continente, la necesidad de una recuperación verde de la economía y el impacto de la pandemia COVID19, existe un contexto de alza de precios de minerales que aprovechar, esta vez con una mirada estratégica de largo plazo.

Considerando el documento[1] sobre los desafíos de las industrias extractivas en América Latina y el Caribe (ALC) trabajado por el Grupo Latinoamericano para el Sector Extractivo (GLASE), se pueden ver propuestas concretas para lograr la sostenibilidad en las áreas donde se implementan o implementarán proyectos del sector extractivo. Se identificaron desafíos claves para el sector donde tenemos a la cadena de valor.

Debemos mirar toda la cadena productiva de la minería como una gran oportunidad de desarrollo, desde las fases iniciales de exploración hasta las fases finales de cierre de minas y gestión de pasivos, y desde las comunidades que hospedan la actividad minera hasta los compradores finales. El trabajo en la cadena de valor puede lograr transformaciones significativas para el sector y sus agentes interesados, donde se encuentran grandes oportunidades de generar riqueza incorporando tecnología apropiada tanto a nivel local como a nivel de la región. En este sentido, la identificación, validación e implementación de la Hoja de Ruta Tecnológica de los proveedores mineros (HRT) en Perú, constituye una herramienta para dar soporte a las iniciativas de innovación ya existentes[2] -en maduración-. La formación de un Centro de Pilotaje Minero Inteligente (CPMI) con mirada regional puede ser un espacio multiactor donde participan conocedores, promotores de campo y líderes de la innovación en minería.

El CPMI podría contribuir con los retos de la cadena de valor en minería, el desarrollo de servicios locales a la industria y a su vez con la reducción de la pobreza en la región del Pacífico[3]. Por ejemplo, un reto para el Perú y Chile es lograr una participación del 10% al PBI desde los proveedores mineros como en el caso Australia[4]. Hay una curva de aprendizaje que aprovechar, y también existe la necesidad de generar capacidades locales que permitan la oferta de servicios de alta calidad y valor agregado a los clientes mineros de su ámbito de influencia (y en otras áreas una vez consolidados). Esto significa, en buena cuenta, organizar acciones concretas para reducir la información asimétrica que tienen los proveedores sobre las necesidades del mercado minero, y generar oportunidades para ellos aprovechando experiencias exitosas, siempre reconociendo las limitaciones en términos de estándares (de seguridad, ambientales, entre otros) que tienen los proveedores locales, que terminan siendo barreras a la entrada al mercado.

En Perú hay retos, sin duda, la formación de capacidades locales mediante una currícula acertada y ajustada a la demanda es una parte de la solución. Existe un estudio de la fuerza laboral minera para Perú que no termina de ponerse en práctica generalizadamente[5]. En Chile se encuentra en proceso de implementación de un modelo de competencias transversales para la industria minera 4.0[6] también, éste más avanzado. Ambos constituyen un paso esencial para el desarrollo de capacidades locales, que a su vez permitirían señalar un camino claro, con plazos para lograr metas concretas en torno a la formación de una oferta local de servicios para la industria minera. Muchas tareas por avanzar y planificar para lograr una fuerza laboral local capacitada que aproveche la oportunidad que significará el necesario desarrollo minero hacia una economía baja en carbono.

En Chile ya se cuenta con una experiencia existosa encentros de pilotajes, con desafíos y avances que podrían potenciarse en una colaboración para lograr una mirada regional conjunta. Esto podría generar oportunidades para los proveedores locales en las diversas regiones donde se desarrolla la actividad minera, intercambiando experiencias y generando sinergias que permitan consolidar en el sur de nuestro continente un potencial cluster regional minero. El desarrollo con mirada de territorio debe impulsar asociatividad, considerando y promoviendo ventajas competitivas y comparativas que generen oportunidades y mejor calidad de vida para las comunidades en el entorno minero.

Fuente: LinkedIn


[1] BID (2020): Hacia una visión compartida sobre el sector extractivo y su rol en el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe.

[2] Nos referimos al Hub de Innovación Minero y Linkminers en el Cluster minero del Sur.

[3] Esta es una de las conclusiones recogida en los documentos mencionados (GLASE, Visión Minera 2030, Recomendaciones de la Comisión de Desarrollo Minero Sostenible).

[4] Información de MINEM, Australian Treasury, Minerals Council of Australia, Banco Central de Chile, Consejo Minero de Chile, recogida en el documento de la Hoja de Ruta Tecnológica para Proveedores Mineros en Perú.

[5] https://fch.cl/wp-content/uploads/2019/09/estudioperu.pdf

[6] https://fch.cl/wp-content/uploads/2019/12/comptransversales4-0.pdf