(Foto: La República)

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VIOLENCIA. Población de Cocachacra vive atemorizada por violencia de los manifestantes y represión de la Policía. Temen saqueos o que se repitan los enfrentamientos del último sábado que dejaron cerca de 20 heridos. Intolerancia por todos los frentes. Es hora que el Estado dé una solución real al conflicto.

Cocachacra – Islay

El miedo se ha instalado en el Valle de Tambo. La huelga indefinida de un grupo de pobladores, que se opone al inicio del proyecto minero Tía María, y una inexplicable represión policial, ha convertido a esta jurisdicción en una tierra sin garantías, donde los lugareños “neutros”, que no se muestran ni a favor ni en contra del ingreso de la empresa Southern al valle, son los más perjudicados.

La violencia es el “modus operandi”, por estos días en Cocachacra, jurisdicción donde se concentran las protestas contra la minera. Los grupos antimineros, amenazan a los dueños de los negocios obligándolos a cerrar sino los saquearán. La intolerancia, también viene de parte de la Policía, que en menos de siete días de paro, utilizó en dos ocasiones bombas lacrimógenas y perdigones contra los manifestantes.

Teresa Díaz de Carpio sabe muy bien qué es el miedo. Hoy domingo, ingresamos a su vivienda. El sábado, día en el que la violencia del paro llegó a su clímax, dejando cerca de 20 heridos, una bomba lacrimógena ingresó por su techo de eternit;. En segundos el aire se hizo irrespirable y su familia pensó que era su fin. “El helicóptero (de la Policía) pasó por encima de mi casa y lanzó una bomba cerca al cuarto de mis dos hijas. Mi esposo hecho agua pero el humo nos ahogaba”, cuenta.

Teresa salió hasta la sala de su casa y abrió la puerta de calle para liberarse del gas, pero la gente ingresó a su vivienda escapando de la represión policial. La turba, quiso ayudar a su hija Noelia, que no puede caminar producto de una enfermedad y la arrastró hasta afuera; en tanto, sus vecinos rompían el techo de su hogar para que salga el gas lacrimógeno.

Algunas versiones refieren que los policías, atacaron inexplicablemente a los huelguistas mientras se concentraban en la Plaza San Francisco para continuar con sus protestas. Otros dicen que los revoltosos intentaron atacar una camioneta donde se trasladaba una persona de abierto apoyo a la mina y los efectivos tuvieron que replegarlos.

Hermelinda Parí no sabe el motivo que desencadenó el enfrentamiento, pero cuenta que tuvo que sortear la lluvia de piedras y disparos policiales para llamar una ambulancia y salvar a sus nietos Aracely y Kelvin de siete y cinco años respectivamente, que se ahogaban por el gas.

La vida de los nietos de Fermín Quelca también estuvieron en peligro, una de las municiones cayó en su vivienda de carrizo y barro. “No es justo que la policía dispare en la ciudad aquí hay niños, ancianos. Mi casa se pudo incendiar”, dice.

Marcha

Ayer, cuando el día parecía culminar sin novedades, el alcalde provincial, Richard Ale, junto a los burgomaestres de Cocachacra y Punta de Bombón acordaron iniciar una marcha de sacrifico a Arequipa. No quieren a Southern. ❧

CLAVES

Ayer, los huelguistas cumplieron su séptimo día de protesta en el Valle de Tambo. Rechazan el proyecto minero Tía María y la mesa de desarrollo.

El miércoles se deben instalar las submesas de Minería, Energía y la de Agricultura.

Los alcaldes piden la presencia en Cocachacra de la presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara ó de la ministra de Energía y Minas, Rosa María Ortiz.

 

La República