10-1.jpg“No hay incentivos mayores, ni beneficios, ni un reconocimiento de que la inversión en exploración es de muy alto riesgo”, declaró en entrevista con ProActivo, el presidente de la Asociación de Exploradores del Perú (AEPE) y presidente y CEO de Alturas Minerals, Miguel Cardozo.

¿Cómo proyecta las exploraciones peruanas?
Perú ha liderado la estadística de inversión en exploración minera por varios años. Hace dos años México nos quitó el primer lugar en Latinoamérica, luego que desplazáramos a Chile.
En cuanto a petróleo, han venido muchísimas empresas en los últimos años a explorar en Perú, tanto Juniors como las grandes. Las Juniors petroleras son toda una novedad, lo cual indica que tenemos un potencial petrolero también. Creemos que la inversión seguirá creciendo y recuperaremos el liderazgo perdido.

¿Las exploraciones petroleras sobrepasarán a las mineras?
Probablemente no, pero en este año de crisis me da la impresión que las petroleras mantuvieron más el paso en exploración que las mineras.

¿Existe una clara política de Estado para la promoción de las exploraciones?

Lamentablemente los gobiernos en este país, siempre han tenido una buena disposición hacia la inversión privada en minería y petróleo, sin embargo no la promueven de manera muy activa.
No hay incentivos mayores, ni beneficios, ni un reconocimiento de que la inversión en exploración es de muy alto riesgo y que quienes ponen su dinero en esta actividad deberían tener ventajas por el riesgo que corren.

¿Qué ventajas?

En otros países se acostumbra dar incentivos tributarios. Aquí es difícil porque nuestros gobiernos son recaudadores a ultranza y normalmente están tratando de resolver el tema de caja de corto plazo, antes que pensar en temas de desarrollo de largo plazo.

¿Qué diferencia al negocio minero de la exploración?

Esa es una pregunta que me gusta mucho porque vengo diciendo hace muchos años que la exploración minera es y debe ser manejada como un negocio complementario, independiente del negocio minero, pues tiene mecanismos diferentes de financiamiento y de operaciones. Son inversiones de diferente naturaleza.
En el caso de la exploración es una inversión de muy alto riesgo; mientras que en la explotación, si bien es cierto también tiene riesgos, tiene una visión muchísimo más previsible.
Ambas deben ser manejadas como en los países mineros más grandes del mundo, Canadá o Australia: como industrias independientes, que tienen sus propios mecanismos de funcionamiento.

¿AEPE promoverá ese trato?

Sí. La exploración en el caso minero y petrolero es un negocio. Ya no es un apéndice de la industria o una actividad adicional, es independiente y puede ser realizada por empresas que no tienen como objetivo convertirse en explotadoras, sino que quieren hacer un trabajo de exploración para, a través de un descubrimiento mineral, aumentar el valor de sus acciones y la ganancia de los inversionistas que lo han apoyado.
La industria de la exploración minera está en auge, las cifras del 2008 indican 14.600 millones de dólares invertidos en exploración minera en todo el mundo. En Perú fueron probablemente más de 700 millones de dólares invertidos en el 2008. El 2009 habrá una caída pero después nos recuperaremos. Son cifras muy grandes, inversiones enormes.

Este monto ha sido reducido para América Latina frente a otras opciones en el mundo.

Sí. Hay gran competencia por atraer los capitales de riesgo en todo el mundo, hay un tremendo ímpetu en África por ejemplo y algunos países que han desarrollado códigos de minería y sistemas de inversión atractivos para las empresas. Sin embargo, América Latina mantiene hace años alrededor de la cuarta parte de la inversión en exploración minera en el mundo.

¿Ecuador será competencia para Perú?

Desde el punto de vista geológico, Ecuador tiene un potencial muy importante, pero en los últimos años políticamente no ha sido muy estable y hay cierto temor de invertir.
Las leyes nuevas que fueron emitidas hace pocos meses en Ecuador fueron menos dañinas que lo que se temía, pero aún les falta bastante para ser competitivas a nivel internacional.

Estamos en la escala México – Perú – Chile.
México, Perú, Chile, Colombia viene aumentando muchísimo, Brasil es una potencia con un territorio enorme y gran potencial minero, de modo que no me extrañaría que esos sean los países. Argentina en cierto modo también, aún cuando hubo muchas dificultades por temas ambientales, sobre todo por el manejo regional de las condiciones de trabajo.

Los exploradores son los primeros en contactar a las comunidades, ¿están a la altura de las circunstancias?
Las exploradoras han manejado el tema central de manera acertada, con muy pocos conflictos, y lograron enseñar a las comunidades que deben moderar sus expectativas en las etapas de exploración, con la esperanza de que si hay un descubrimiento importante, vendrá una inversión muy grande y ellos se beneficiarán económicamente.
En el país se ha generado una especie de estándar de lo que las comunidades esperan de las empresas de exploración.

¿Qué esperan las comunidades?
Lo primero es mucho respeto. Creo que en la exploración los primeros contactos son muy importantes. Las empresas de exploración no inician labores a menos que tengan la autorización de las comunidades, lo cual es muy importante porque indica que la empresa respeta los títulos de propiedad y saben que necesitan integrarse.
Lo otro que esperan son inversiones moderadas de apoyo económico, tanto para resolver algunos problemas educativos, de salud o agrícolas.
También esperan en muchos casos ciertos pagos a manera de compensación por el uso de las áreas superficiales que ocupamos los exploradores.
Esperan que descubramos algo. Ese es un tema que ha ido creciendo en la expectativa de las comunidades, esperan un descubrimiento importante que signifique un desarrollo minero grande, de manera que obtengan beneficios directos.

¿La legislación para la exploración es exigente o laxa?
El problema fundamental está en cómo se aplican y ejecutan.
Hay normas muy estrictas sobre medio ambiente y son algo exageradas, ya que en la etapa de exploración las posibilidades de contaminación son mínimas; sin embargo, las empresas operan tranquilas bajo esas condiciones.
De otro lado, la evaluación de los permisos ambientales se demora una eternidad. Las empresas tardan 6 meses para obtener un permiso de perforación y eso es un exceso que perjudica de manera notable. Es inmanejable para muchas empresas.
No es un tema de qué tan estrictas son las normas, sino con qué nivel de eficiencia se aplican. Hay mucha burocracia y mucho miedo de los miembros evaluadores del ministerio de tomar decisiones, porque hay malas experiencias para las personas que trabajan en los ministerios porque fueron sometidos a procesos administrativos y juicios por otorgar permisos.
Si hay normas y si se cumplen, la obligación de los funcionarios es otorgar el permiso y no deben verse sujetos a represalias por ello.

Canadá al igual que Argentina se maneja por regiones, hay una doble legislación: la nacional y la local. ¿Les ha ocasionado problemas?
En Canadá han tenido problemas por ello. Existen provincias que son difíciles para otorgar las licencias de exploración. Sí han tenido algunas dificultades. Lo que ocurre es que, por ser un país muchísimo más organizado y con una democracia más estable, aún cuando puedan ser en algunos casos más estrictos o menos estrictos, todo está sujeto a reglas y éstas se aplican, se cumplen y se respetan por ambos lados.
El problema de países como el nuestro, Argentina es el caso, es que las normas pueden decir una cosa, pero si no se logra convencer a las poblaciones de que la actividad es benéfica para ellas, entonces son capaces de tomar acciones de oposición violenta igual que en Perú, como bloquear los accesos a los proyectos, tomar los proyectos, impedir que se trabaje. Ese no es un problema minero ni de normatividad o de estructura política en el país, es un problema de inmadurez como democracia.

Tenemos una democracia bastante antigua.
Bueno, somos viejos “abebados” que no aprendemos todavía.


AEPE: Une a exploradores petroleros y mineros

“Esta institución viene a llenar un vacío”, acentuó Miguel Cardozo, refiriéndose a la flamante Asociación de Exploradores del Perú (AEPE) que preside, tras señalar que la exploración es una actividad que tiene su propia dinámica y por lo tanto necesita una institución que la represente.

“Si queremos hacer una analogía del tipo de institución, deberíamos pensar un poco en la Prospectors and Developers Association of Canada (PDAC)”, señaló Cardozo quien subrayó que a diferencia del PDAC, la AEPE promueve la exploración minera y petrolera.
“Queremos elevar el nivel técnico de la exploración, promover que el medio ambiente sea respetado y protegido, y ayudar a que los temas sociales asociados a nuestra actividad sean manejados de la manera más responsable y adecuada”, precisó.

Sobre la AEPE
La AEPE, constituida en el 2008 cuenta con alrededor de 40 asociados y hacia fin del 2009 llegarían a la centena de miembros de los sectores de exploración mineros e hidrocarburíferos.
La directiva la conforman: En hidrocarburos, el doctor Víctor Benavides, los ingeneros Víctor Lay, Bárbara Bruce y Mario Matu; y en minería, los ingenieros Guido del Castillo, Eugenio Ferrari, Richard Petersen, César Velazco y Silvia Dedios.