Víctor Gobitz

Por: Ing. Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú 

Al igual que otras actividades económicas, la industria minera peruana viene optimizando sus procesos para poder afrontar y operar en esta nueva normalidad poscovid-19, que ha generado una crisis social y económica nunca antes vista.

En dicho sentido, los protocolos de bioseguridad se han actualizado, empleando las pruebas moleculares (PCR) como principal instrumento de detección del contagio, y las pruebas serológicas, o rápidas, han pasado a un rol complementario. ­ 

Pero además se ha requerido el ­ compromiso de cada uno de los ­ trabajadores, porque su disciplina es ­ fundamental para mantener el ­ aislamiento en el entorno laboral, ­ tomando en consideración también que hay roles con mayor exposición o vulnerabilidad, llámense ­ vigilantes, personal médico, personal a ­ cargo de limpieza y alimentación, y choferes de vehículos livianos. 

Esta pandemia acelerará la ­ transformación digital y automatización de las operaciones, que nos ­ permitirá monitorear remotamente cada vez más procesos. Aunque aún nos encontramos en una fase inicial en el Perú, en un futuro se apunta a ello. Otro de estos cambios será la ­ manera en que se llevarán adelante los procesos de relacionamiento con las comunidades. Ello plantea nuevos retos porque no habrá el ­ acercamiento físico que siempre se ha tenido. Vale mencionar que varios de ­ estos cambios también significarán mayores inversiones para las ­ empresas. 

Ver también:  IIMP entrega reconocimiento a Henry Luna por su trayectoria en el sector minero

Por ejemplo, en gran ­ minería, los costos en recursos humanos se incrementaron en un 50% a 60% que antes de la pandemia. Estamos hablando de costos por el cambio de estándar de aislamiento, transporte, alimentación, ­ equipo de seguridad y las nuevas ­ pruebas que se vienen realizando a los trabajadores. 

TEMAS PENDIENTES 

La industria también tendrá que ­ resolver temas pendientes referidos principalmente a la minería formal y no formal, que son materia de ­ estudio del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, y que cobran mayor relevancia en un contexto como el actual. 

En el caso de la minería formal, que genera 200 mil puestos de trabajo directos y un millón de indirectos, y además representa alrededor de US$ 30,000 millones en exportaciones anuales, uno de los desafíos latentes es la simplificación de trámites administrativos. 

Recientemente el Gobierno ­ peruano publicó el nuevo reglamento de procedimientos mineros, con el propósito de atender esta ­ problemática. Aunque falta mucho por hacer, es una decisión que saludamos, pues promueve el silencio administrativo positivo. 

Ver también:  Quedan dos semanas para postular al Premio Nacional de Minería Escolar de PERUMIN 37

Cabe recordar que un proyecto minero en el Perú debe afrontar más de 232 procedimientos ­ administrativos, en 30 entidades públicas, ­ para poder por fin entrar en marcha, según señala el Informe de la ­ Comisión para el Desarrollo Minero Sostenible. Una traba que nos resta competitividad. 

En esa línea, también ­ necesitamos recuperar las inversiones en ­ exploración, que han caído ­ dramáticamente. En este punto es relevante resaltar la modificación del ­ reglamento de protección ambiental, ­ realizada recientemente por el ­ Gobierno, que dispone la aprobación ­ automática de la Ficha Técnica ­ Ambiental (FTA), para proyectos menores. También sería conveniente ­ utilizar este mecanismo para poder ­ desarrollar proyectos de ampliación, dentro de la misma huella ­ operativa. 

Si lográramos generar ­ incentivos de tiempo y establecer un ­ crecimiento de la industria del orden del 10%, podríamos estar hablando de niveles de inversión ­ equivalentes al de un proyecto minero como Quellaveco. 

Otro punto pendiente es el ­ proceso de consulta previa, al cual no nos oponemos, pero ­ consideramos que debería llevarse de una mejor manera. La casuística muestra claramente que somos el único país de la región en duplicar la consulta previa al aplicarla ­ tanto en la etapa de exploración como de explotación. 

Ver también:  Marcelo Santillana: Perú tarda 8 meses más que el promedio regional en aprobar un EIA

En Bolivia, Colombia y Chile este proceso se restringe solamente a la fase de explotación. En ese sentido, respaldamos la propuesta de la ­ comisión de impulsar el modelo de acuerdo previo entre comunidades indígenas e inversionistas como una alternativa válida que cumpla las exigencias de una consulta previa con el acompañamiento del Estado. 

MINERÍA NO FORMAL 

En esta nueva normalidad­ post Covid-19 también será vital ­ enfocarnos en abordar la problemática de la minería no formal, que emplea a más de 500 mil trabajadores ­ directamente y está enfocada ­ principalmente en la producción de oro. Y con el precio actual de este metal ­ (bordeando los US$ 2,000 la onza) es un incentivo muy tentador. 

Si logramos sumar a estos ­ peruanos a la cadena de valor, ­ agregaríamos a nuestra producción aurífera alrededor de 600 mil a 1 millón de onzas al año. Esto, a precios ­ actuales, significaría entre US$ 1,000 y 1,800 millones anuales. 

Es decir, si, en vez de repetir ­ fórmulas que no han tenido resultado, nos enfocamos en levantarla ­ productividad de la cadena productiva a cargo de los mineros informales, sin duda, se generaría más rentabilidad y ello permitiría pagarla formalización. ­ Este es uno de los objetivos principales que persigue nuestra institución.

Fuente: Gestión