Ministro de Energía y Minas, Francisco Ísmodes (izquierda) y el presidente de Buenaventura, Roque Benavides.

ProActivo

Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero-Energética desarrolló su cuarta sesión con participación del ministro de Energía y Minas, Francisco Ísmodes.

Con el firme compromiso de promover operaciones responsables en el aspecto social y ambiental, el Grupo de Alto Nivel del Centro de Convergencias y Buenas Prácticas Minero-Energéticas (Rimay) desarrolló su cuarta sesión de trabajo con la finalidad de construir una propuesta de Visión de la Minería al 2030.

En esta nueva  reunión, desarrollada en la Escuela de Posgrado Gerens, los integrantes de este foro revisaron los puntos que se incluirán en el documento final llamado Memoria Viva, que se entregará al Presidente de la República el 22 de enero de 2019, en torno al tema: “Potencia Global: Minería Competitiva e Innovadora”.

El evento contó con la participación del ministro de Energía y Minas, Francisco Ísmodes Mezzano, y el viceministro de Minas, Luis Miguel Incháustegui, junto a representantes del sector privado y la sociedad civil.

Entre la lista de acciones que acordaron en esta oportunidad sus miembros y que se van definiendo a lo largo de cada sesión destacan: el objetivo de alcanzar la integración y articulación económica de la minería en áreas geográficas determinadas y necesarias para la competitividad; así como impulsar el desarrollo, la innovación y adaptación tecnológicos invirtiendo en investigación y promoviendo el uso de tecnología de punta.

El ministro Ísmodes Mezzano remarcó, durante una de sus intervenciones en una mesa de trabajo, que las empresas mineras deben tener entre sus metas también “generar el desarrollo económico de las zonas geográficas donde se desarrollan los proyectos”.

El grupo de trabajo también acordó incluir en el documento las siguientes medidas adoptadas: Promover la inversión pública y privada para el desarrollo, con responsabilidad compartida; y respetar y mejorar el marco normativo y regulatorio que permita el desarrollo sostenible (económico, social y ambiental) de la actividad minera.

Un quinto punto sobre el cual hubo consenso de los participantes es el de mejorar la productividad minera incorporando los avances tecnológicos y promoviendo la capacitación de mano de obra calificada en toda la cadena de valor.

Más adelante, el viceministro de Minas, Luis Miguel Incháustegui, señaló que para lograr que la minería sea sostenible en el tiempo, “esta tiene que ser aliada del desarrollo y generar valor compartido con las comunidades”.

Cabe precisar que el Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero-Energéticas se creó atendiendo a la necesidad de contar con una plataforma de diálogo y discusión técnica de alto nivel para arribar a consensos en pro de un mejor aprovechamiento sostenible de los recursos mineros energéticos en favor del desarrollo del país, con la participación del Estado, el sector privado, la sociedad civil y la academia.

La próxima sesión de este espacio de diálogo se desarrollará el 13 de noviembre en la Escuela de Posgrado Gerens.