Rusia recuperó el 30% de sus activos de petróleo y gas, que estaba en manos de financieros occidentales, gracias a la depreciación del rublo que desde diciembre comenzó a caer precipitadamente.
Ello obligó a que los precios de las acciones de las compañías energéticas rusas cayeran y los inversores comenzaran a venderlas antes de que se depreciaran aún más.
Según un medio serbio, el presidente Putin esperó la drástica caída de las acciones y ordenó inmediatamente comprar los activos en manos de EEUU y Europa.
La República