capacitacion-correos-managementComo jefe, piense bien en el mensaje que desea enviar… ¿Tiene la intención de que su personal le responda de forma inmediata? ¿O simplemente está enviando el correo porque quiere transmitir una idea antes de que se le olvide?

Son las 11 de la noche y a usted (el jefe) se le ocurre un paso clave que debe seguir su equipo en un actual proyecto. Entonces, prepara un correo electrónico para todos los miembros del equipo mientras ordena sus ideas.

Total, no hay mejor momento que el presente, ¿no?

“Respuesta incorrecta. Como instructora de productividad especializada en gestión de la atención, he visto en la última década cómo los correos que son enviados fuera de las horas de oficina aceleran las culturas corporativas, y a su vez, socavan la creatividad, innovación y la verdadera productividad”, opina Maura Thomas de Harvard Business Review.

Si este es un comportamiento común para usted, se está perdiendo la oportunidad de distanciarse un poco del trabajo –distancia que es fundamental para renovar la perspectiva que usted necesita como líder. Y, cuando el jefe está trabajando, el equipo siente que también debería estar trabajando.

Piense bien en el mensaje que desea enviar. ¿Tiene la intención de que su personal le responda de forma inmediata? ¿O simplemente está enviando el correo porque está pensando en eso en ese momento, y quiere transmitir la idea antes de que se le olvide?

Si es por la primera razón, usted estará intencionalmenteencadenando a sus empleados a la oficina las 24 horas del día, los siete días de la semana.

Si es por el último motivo, estará encadenandoinvoluntariamente a sus empleados a la oficina durante todo el tiempo. Y esto no es bueno para usted, sus empleados o la cultura de la empresa.

Estar conectado a la oficina durante sus horas libres en épocas de mucha carga laboral es una característica de una persona muy productiva. Pero nunca desconectarse es un signo de un adicto al trabajo. Y hay una gran diferencia.

“Independientemente de su intención, he notado a lo largo de mi experiencia con cientos de empresas que hay dos razones por las que el hábito de enviar correos de madrugada se propaga desde el jefe hacia su equipo”, comenta Thomas.

Ambición.
Si el jefe está enviando correos a altas horas de la noche o los fines de semana, la mayoría de los empleados piensa que también es necesaria una respuesta de madrugada –o que van a impresionar al jefe si responden de inmediato. Incluso si solo un par de sus empleados comparten esta creencia, esta podría extenderse a todo su equipo; solo basta con una mención en una reunión como, “cuando intercambiamos correos anoche”, para que muchos se contagien. Después de todo, todo el mundo está en busca de una ventaja para catapultar su carrera profesional.

Atención.
Hay mucha gente que no tiene intención de “trabajar” cuando no están en el trabajo. Pero a la vez tienen pocas habilidades para manejar su concentración. Están tan acostumbrados a realizar múltiples tareas y a distraerse de forma constante que, independientemente de lo que están haciendo, al final se ponen a revisar sus smartphones que los conectan a sus correos, mensajes de textos y redes sociales. En definitiva, su comunicación nocturna alimenta ese mal hábito.

Estar siempre “conectado” afecta los resultados. Cuando los empleados están constantemente monitoreando su correo electrónico después de salir de la oficina –ya sea por temor a perderse algo que envió el jefe o porque son adictos a sus celulares– se están perdiendo de un momento esencial de inactividad que el cerebro necesita.

Diversos estudios han demostrado que para realizar mejor nuestro trabajo, se requiere un tiempo de inactividad. Ese momento genera nuevas ideas y perspectivas frescas. Pero sus empleados nunca podrán desconectarse mientras estén revisando sus smartphones a cada rato para ver si el jefe les envió algo.

La creatividad, inspiración y motivación son sus ventajas competitivas, pero también son recursos no renovables que necesitan ser recargados. Los verdaderos líderes empresariales pueden ayudar a que suposiciones no saludables sobre el correo electrónico y otras comunicaciones no se arraiguen en la compañía.

Como jefe, sea claro acerca de sus expectativas para el uso del correo electrónico y otras herramientas de comunicación y establezca políticas de apoyo a una cultura saludable que reconozca y valore la concentración en una determinada tarea, el enfoque y el tiempo de inactividad.

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