nte los fallidos intentos de vender el complejo de La Oroya y la mina Cobriza, el futuro de DRP recaería en manos de los acreedores laborales.

La primera ronda de subastas de los activos de Doe Run Perú (DRP) fracasó, luego que ayer no se presentaran ofertas en el tercer remate de la Unidad Minera Cobriza (UMC), lo que hace presumir que el tercer remate del Complejo Metalúrgico de La Oroya (CMLO) también quedaría desierto.

Ante este escenario, quedan dos caminos. El primero inmediato es que hasta el 16 de abril cualquier acreedor (comercial o laboral) pueda solicitar la adjudicación de este activo, lo que deberá ser autorizado por la Junta de Acreedores de DRP.

Un segundo camino sería esperar una segunda ronda de subastas de Cobriza y del CMLO, en donde cada activo baja su precio ante inversionistas que verían, tal vez, con mejores ojos esos valores.

Sin embargo, en opinión del consultor metalurgista de la UNI, Carlos Villachica, presidente de la consultora Smallvill SAC, los trabajadores junto con un socio inversor pueden adjudicarse ambos activos, pero en especial La Oroya.

“La Oroya es un gran negocio y el Perú no puede estar sin La Oroya pero ojo, con valor agregado. Solo en el terreno que tiene el CMLO se puede realizar cualquier industria”, resaltó.

El experto advirtió que si el CMLO no pasa por un proceso de generación de valor agregado, países como Chile o Ecuador comprarán nuestros concentrados y lo exportarán como refinados.

“Yo creo que el precio de los activos de Doe Run ya bajó lo suficiente para que una empresa peruana los compre”, anotó Villachica.

Trabajadores

Luis Castillo, representante del crédito laboral, aseguró que los trabajadores sí planean comprar el CMLO para reactivarlo y no descartó la compra de la mina Cobriza.

“Los trabajadores vamos a comprar La Oroya; esto está definido. Nos deben US$ 120 millones, somos acreedores de La Oroya. Estamos viendo la mina Cobriza también”, afirmó.

Precisó que en torno al CMLO esperan comprar “solo la planta” y para Cobriza están evaluando una sociedad con una empresa minera privada que no quiso identificar. “El plan es que el socio invierta US$ 50 millones y nosotros US$ 20 millones para comprar Cobriza”, acotó.

Aptos para la compra de DRP

La empresa Dirige, encargada de liderar las subastas de Doe Run, confirmó que los trabajadores así como cualquier acreedor pueden pedir comprar el complejo y la mina si es que se declaran desiertas las licitaciones hasta fines de agosto, cuando vence el plazo para su venta.

El complejo metalúrgico y su mina de cobre estuvieron en la década pasada bajo control de DRP, una filial del estadounidense Renco Group, y ahora son administrados por una Junta de Acreedores conformada por el Gobierno, los trabajadores y empresas acreedoras.

Fuente: La República