Félix Jiménez

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El crecimiento de la economía nacional viene atravesando un periodo de desaceleración que algunos consideran temporal. Hoy presentamos una visión distinta sobre la evolución de nuestra economía. Félix Jiménez, quien lideró la elaboración del Plan de Gobierno original de Gana Perú, mantiene algunos puntos de vista y también ve el futuro de la economía desde su perspectiva.

ENTREVISTA
Félix Jiménez, economista Ph. D. Profesor Principal de la PUCP

El crecimiento de la economía nacional se ha venido desacelerando. ¿A qué se debe?
Se debe básicamente al estancamiento de la demanda internacional y a la desaceleración (todavía no pronunciada) del alza de los precios de los minerales. Estos dos elementos han sido (y son) el motor de crecimiento de la economía nacional de las últimas décadas.

¿Es temporal esta desaceleración; se va a recuperar una alta tasa de crecimiento el próximo año?
Creo que el estancamiento de la economía mundial tiene para largo y los precios de los minerales ya no van a seguir creciendo como antes debido a la desaceleración del crecimiento chino. En este contexto internacional veo difícil que la economía nacional vuelva a crecer a tasas mayores al 6% o 7%, como ocurrió en el 2006 – 2008.

Eso sería preocupante porque los expertos dicen que si Perú no crece a 7% o más, difícilmente se va a eliminar la pobreza extrema. ¿Es así?
Es verdad que hay una relación inversa entre el porcentaje de la población en estado de pobreza y el crecimiento económico. Pero, por el estilo de crecimiento primario-exportador de la economía peruana, cuando se desacelera el crecimiento afecta el empleo y los ingresos, y por lo tanto aumenta la pobreza monetaria.

Es decir, la reducción de la pobreza que se ha registrado en el Perú en los últimos años no es permanente porque ese estilo de crecimiento no ha ampliado notoriamente la capacidad productiva con oportunidades de empleos estables; y tampoco se ha avanzado mucho en la calidad de capital humano a través de mejoras importantes en educación, salud, etc.

¿Cuál es su opinión sobre la política económica que viene aplicando el Gobierno actual?
Este Gobierno no ha cambiado el estilo de crecimiento de la economía, que es primario-exportador, antiindustrial y que favorece la expansión de sectores no transables (comercio, servicios y construcción), de baja productividad y donde está el grueso de la población ocupada de baja calificación e ingresos.

¿Qué problema hay con el modelo primario-exportador cuando hay economías exitosas que han basado su desarrollo en sus recursos naturales (Australia, Canadá, etc.). ¿Por qué no podría repetirse en el Perú?

Básicamente por razones políticas. Desde los años 90 se ha creado, a nivel de la clase política y del poder económico, un consenso a favor del modelo neoliberal primario-exportador. No hay voluntad ni convencimiento sobre la necesidad de diversificar el aparato productivo y de cambiar el estilo de crecimiento.

Por el contrario, en los países que usted menciona hay una clase política y empresarial que no es retrógrada. En Canadá, por ejemplo, se impuso a la inversión extranjera la condición de transformar o industrializar los minerales para garantizar el empleo de su población.

¿Y cómo se lograría esa diversificación en el Perú?
Diversificar no significa renunciar a seguir explotando minerales, pero hay que hacerlo en otras condiciones (articulándolos con otros sectores y procesándolos) y con políticas adecuadas, empezando por una reforma tributaria de verdad.

¿La que ha habido no ha sido de verdad?
De verdad significa que asegure que las enormes rentas que producen los recursos primarios (no renovables) nos ayuden a crear otros activos físicos y capital humano. Para diversificar el aparato productivo hay que adoptar, además, políticas macroeconómicas y sectoriales que promuevan el desarrollo industrial, agrícola y agroindustrial.

¿Qué tres o cuatro medidas concretas podría aplicar este Gobierno para empezar a industrializar y diversificar la economía del país?
No sé si este Gobierno tenga voluntad de hacerlo…
Digamos que la tuviera…
Hay varias cosas por hacer. A nivel macroeconómico se debe mantener un tipo de cambio real competitivo. Segundo, desarrollar la industria energética y la petroquímica; y tercero, eliminar todas las restricciones que enfrenta la inversión privada nacional.

¿Cuáles son las restricciones?
En primer lugar, una restricción de mercado. En el país no hay mercados internos desarrollados y dinámicos; los que existen están concentrados en las zonas urbanas. Hay que desarrollar mercados en el interior del país.

¿Cómo?
Con infraestructura. Debe haber un plan de infraestructura (vial multimodal, puertos, aeropuertos, escuelas, hospitales, etc.), que conecte la economía, con la geografía y la demografía del país; es decir, que esté atado a una política de reordenamiento territorial, con una nueva demarcación regional.

¿Qué otra restricción tiene la inversión privada nacional?
El financiamiento. Los pequeños y medianos productores (manufactureros y agroindustriales) no tienen posibilidad de emitir deuda en el mercado de capitales; hay que desarrollar este mercado en moneda local.

Pero el MEF dice que lo está haciendo…
Yo creo que la propuesta que dejamos en el MEF, se ha mediatizado. Se ha internacionalizado un mercado de capitales que empezaba a nacer y, al mismo tiempo, han hecho que en este mercado se emitan deudas en moneda nacional y extranjera.

¿Esa no era la idea?
No, la idea era desarrollar un mercado de capitales en moneda nacional, impulsar y diversificar la oferta y promover la demanda interna de papeles, cambiando detalladamente su marco regulatorio para permitir que las pequeñas y medianas empresas, al igual que las grandes, puedan emitir deuda, sin ser penalizadas con barreras de costos y de otro tipo que les impiden crecer.

¿Qué más debe hacerse para impulsar la inversión local?
Se necesita un cambio notable en el sistema educativo; cambios en los contenidos programáticos y en infraestructura, no solo en sus niveles de inicial, primaria y secundaria, sino también en los niveles superiores universitario y no universitario.

¿Cuál es el problema a resolver en educación y cómo?
La composición de la oferta laboral que sale del sistema educativo con determinadas calificaciones está divorciada de la composición de la demanda que proviene del aparato productivo del país; no calzan.

¿De quién depende la solución?
Del Estado. El diseño de una nueva política educativa lo tiene que hacer el Estado. Obviamente, en diálogo con el sector privado, sobre todo con los gremios empresariales que saben qué tipo de necesidades de calificación laboral requieren.

¿Funciona el sistema regulatorio que enfrenta la inversión privada nacional?
Se necesita un sistema regulatorio independiente que favorezca la actividad empresarial competitiva y que elimine las asimetrías de poder de mercado; y de una institución de alto nivel que se encargue de la ciencia, la tecnología y la innovación.

¿Se refiere al Ceplan?
El Centro de Planificación Nacional (Ceplan) no está funcionando bien. Es mejor un Ministerio de Ciencia y Tecnología. Por otro lado, la política de diversificación productiva no debe repetir los errores del pasado, como el proceso de industrialización sustitutiva de importaciones; no podemos volver a esa etapa. Se necesita una política industrial que esté liderada por una institución ubicada en el más alto nivel del Gobierno.
Un Ceplan rediseñado podría ser el ente que formule esa nueva política en diálogo con el sector privado.

¿Y qué lineamientos básicos debería contener un plan nacional de industrialización?
Primero, la política industrial (y la industrialización) debe ser el resultado de la colaboración y coordinación (concertación) público-privada (entre el Estado y el sector privado nacional). Como no hay mercados internos desarrollados y dinámicos, la entidad que diseñe la política industrial debería crear y proporcionar información al empresariado nacional sobre las oportunidades de inversión que hay en el país. Segundo, el Estado debe promover el desarrollo industrial a través de cadenas y conglomerados (clústeres) en distintas ramas y áreas del país, así como ayudar en la coordinación de inversiones en nuevas actividades económicas. Tercero, las políticas de estímulo deben ser temporales y para actividades nuevas.

¿Es posible industrializar el país a partir de la minería?
Por supuesto. Lo hizo Canadá. La política industrial no tiene por qué estar divorciada de la actividad minera.
Pero las condiciones de operación del sector minero, sobre todo del capital extranjero, tienen que cambiar. Tendrían que hacer transferencia de tecnología industrializando o transformando los minerales; propiciar el desarrollo productivo y social de la región donde opera el centro minero; cuidar el medio ambiente, etc. Es importante que se condicione la explotación a la industrialización del producto minero.

Con el ascenso del gobierno nacionalista, el país ya ha sido gobernado por todos los colores políticos y no se ha industrializado. ¿Todavía es eso posible?
Yo no pierdo la esperanza de que nuestro país cambie. La difusión y debate de ideas nuevas es importante para fortalecer esta esperanza en nuestra población. Creo que hemos perdido una oportunidad de cambiar el país con el actual Gobierno, pero es solo una especie de accidente. Hay que convencernos todos, en especial los empresarios nacionales y los políticos, de que solo las empresas se especializan y que los países se diversifican. Si esto ocurre, un próximo Gobierno puede iniciar la transformación del país.

“Impulsar demanda interna para que el PBI crezca más crearía inflación”
Félix Jiménez refiere que en los años 2001-2003 se hicieron dos reformas importantes en el campo económico: En el MEF se creó un mercado de deuda pública en moneda local, que permitió bajar el ratio de deuda pública/PBI y que la política fiscal sea sostenible en el tiempo. Y en el BCR se introdujo el sistema de metas explícitas de inflación, y la regla de intervenciones esterilizadas en el mercado para morigerar las fluctuaciones del tipo de cambio e impedir que los sectores transables pierdan competitividad.
“Desafortunadamente, desde agosto del 2006 se permitió la constante apreciación del nuevo sol, al punto de que el tipo de cambio real actual está por debajo de los niveles que tuvo en la crisis de 1998-1999. Esto ha perjudicado a los sectores transables, en especial a la industria manufacturera”, sostiene.
Además, se redujo el rango meta de inflación (de entre 1.5%-3.5% a entre 1% y 3%), lo cual está ocasionando que la inflación reciente esté bordeando el límite superior de la banda. En su opinión, se debería impedir la apreciación del tipo de cambio real para ayudar a los sectores transables.
“Yo dejaría que el tipo de cambio nominal se acerque a S/. 3.00, para luego mantener un tipo de cambio real estable aplicando la regla de intervenciones cambiarias esterilizadas”, sugiere.
Sin embargo, advierte que esta es una medida aislada y se requiere del conjunto de medidas ya comentadas (ver entrevista) para cambiar el actual estilo de crecimiento de la economía.
En las condiciones en las que está la economía nacional ahora (caída de la demanda externa y de los precios de los minerales), advierte Jiménez, impulsar el crecimiento con demanda interna, crearía inflación y problemas externos.
Ya estamos importando 152% de la producción manufacturera (nunca había ocurrido esto) y el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos se elevó a 5.6% del PBI en el primer semestre, precisó.

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