Andrés Franco

La minería, con mayor prioridad que otras actividades, tiene procesos repetitivos que resulta urgente robotizar. Las tecnologías de procesos, mantenimientos y controles deberán, en lo posible, desarrollarse a distancia. Esta pandemia exige un cambio radical y sostenible. Esto significa que además de la contracción de ingresos por el congelamiento económico mundial, deberá inyectarse una forzada inversión para tener la oportunidad de proteger al personal y stakeholders del contexto donde opera. No debe olvidarse esto aunque incomode.

Hay voces de audacias demagógicas y políticas iletradas, con poca imaginación y facilismo extremo, que tratarán de establecer impuestos o algún otro aporte minero, que complicará aún más la situación de crisis que estamos experimentando. Sin embargo, sin mirar atrás y asumiendo con estoicismo los temores, debemos en el plazo más inmediato iniciar actividades sin excepción, implementar procedimientos dando prioridad a la salud, buscando espacios de menor contacto social teniendo al frente miles de protocolos, que probablemente serán implementados e inducidos a todos para garantizar desempeños deseables con cero contagios. Esto significa que requerimos una tregua de reglas burocráticas y de más cargas que compliquen todavía más la producción en este retorno.

Fuente: Gestión