José-Luis-Gagliardi

CADE 2013. Con esas palabras el ejecutivo José Luis Gagliardi recordó la década de los ochenta y narró cómo enfrentó el Banco de Crédito la situación, a través de la venta de las acciones a los trabajadores.

“Todo se perdió todo se quebró”. Así resumió José Luis Gagliardi cuando en 1987, desde su puesto como ejecutivo en el Banco de Crédito, escuchó al presidente Alan García anunciar la estatización de la banca. No en vano la conferencia a su cargo se tituló: “Los ochenta: los años de la hecatombe”

“El gobierno de Alan García tuvo una ‘inspiración divina’ y decidió que lo mejor para redistribuir la riqueza y el manejo del poder económico era estatizar la banca. Nadie en el Gobierno estaba convencido realmente de la idea y eso fue el motivo de su fracaso”, contó.

El ejecutivo rememoró el terrorismo y la hiperinflación. Pero a la pregunta central de cómo salió airoso el BCP frente a la estatización, contó la decisión que tomaron Dionisio Romero y Juan Francisco Raffo, a fin de evitar el despojo: los 4,500 trabajadores se hicieron de las acciones del banco. Cada empresario asumió una deuda de US$ 8,000 y así se salvó el Banco de Crédito.

“La operación fue perfecta, y no había manera de ser desconocida”, detalló. La jugada se decidió y se ejecutó en solo un día. En esa línea, como una medida de garantizar su fortaleza, el BCP tomó la decisión clave de “difundir el accionariado”.

“Era la manera de salvar al BCP y no hacerlo plausible de la estatización. Los dueños tradicionales decidieron vender a los trabajadores sus acciones”.

Finalmente, como se recuerda, Alan García dio marcha atrás y se descartó la estatización del sistema financiero peruano. Pero los años de los intis, de la moneda flotando, fueron complicados y penosos para todos los sectores de la economía. Era ver un negocio un día y al otro no.

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