José Larrabure

El 2017 será recordado como un año excelente para los inversionistas. En el ámbito local el principal índice de la BVL ha rendido cerca de 26%, mientras que los bonos soberanos tuvieron un rendimiento por encima del 16%, superando a la gran mayoría de mercados de deuda en el contexto internacional. En el exterior los rendimientos también fueron bastante positivos como consecuencia de un mayor crecimiento en EE.UU. y la recuperación mostrada por las economías de Europa y Japón.

El índice de S&P tuvo un rendimiento a la fecha del 22%, mientras que el ACWI, el principal índice global de acciones, rindió 24%. El 2018 presenta nuevos retos pero podría ser nuevamente un buen año en términos de retornos.

A nivel global considero que el 2018 puede ser un buen año para las inversiones en acciones. Si bien estamos en un entorno con valorizaciones menos atractivas y bancos centrales retirando liquidez, es muy probable que este ciclo de alto crecimiento y baja inflación continúe. Esto debería traducirse en mayores utilidades a nivel de las empresas dándole soporte a los precios en los mercados de acciones.

Este escenario ha tomado más fuerza a raíz de la reciente reducción de impuestos corporativos aprobada en EE.UU. En el contexto de las regiones pienso que los mercados emergentes podrían continuar destacando dado que las valorizaciones se encuentran más atractivas y por la mejora en los fundamentos económicos en varios países.

Pasando a los bonos, estos tendrán un año con viento en contra, ya que si bien las tasas se mantendrán en niveles relativamente bajos, se espera que el crecimiento económico empiece a traducirse en un ligero incremento de inflación y, por ende, en un alza en las tasas de interés.

En el ámbito local la incertidumbre política hace más complicado el análisis. Hace algunas semanas todo apuntaba a que la economía estaba rebotando; sin embargo, el escenario político se ha complicado y esto tendrá un impacto negativo en la confianza del sector privado.

En este contexto sería cauto en la compra de acciones locales y estaría atento a ver signos de estabilización en el frente político. De concretarse, veo una oportunidad de compra en algunos sectores ligados a la demanda interna como bancos, empresas de consumo y generadoras de energía.

Pasando a los bonos locales, si bien el potencial de apreciación es limitado estos continúan ofreciendo una tasa real interesante considerando que la inflación continúa su tendencia a la baja. A esto habría que agregarle cierto potencial de apreciación ante la posibilidad de que el BCR baje un poco más la tasa de interés de referencia, cosa que veo más probable ante el incremento de riesgo político.

En términos de monedas sigo apostando por una ligera apreciación del sol. El dólar ha tenido algunos meses de fortaleza a raíz de las expectativas sobre la aprobación de la reforma tributaria en EE.UU.

Este evento ya se dio, por lo que pienso que buena parte del efecto ya está incorporado en el valor del dólar. Más bien, creo que si continúa el sentimiento positivo con respecto a la toma de riesgo en los mercados, seguiremos viendo entrada de capitales hacia mercados emergentes como el Perú favoreciendo al sol. A esto habría que sumarle un contexto internacional que seguiría favorable para los precios de los metales.

El 2018 pinta como una año positivo para las inversiones, pero definitivamente habrá que ser más selectivo que en los últimos años y debemos enfrentar mayor volatilidad e incertidumbre política.

Fuente: El Comercio