Edwin Quintanilla

ProActivo | Debido a las metas climáticas que tiene el mundo y las transformaciones que se viven, la demanda del omnipresente cobre puede triplicarse y la transición energética se convierte en imperiosa.

En ese aspecto Perú tiene mucho potencial, en el sur del país existe una mina en desarrollo de más de 5 billones de dólares (Anglo American Quellaveco), prevista para terminarse el próximo año, y que va a añadir un 10% en producción de cobre al Perú. “Eso repercutirá en un avance en la transición energética para generar una bonanza minera con más énfasis en el cobre, su uso omnipresente lo convierte en uno de los mayores mercados de metales por su valor inclusivo”, declaró Edwin Quintanilla, gerente de Supervisión Minera en Osinergmin y director de la Maestría en Gestión de Energía en ESAN.

Agregó que debido a las metas climáticas que tiene el mundo, “la demanda de cobre podría casi triplicarse. Encontrar un gran proyecto de cobre no es difícil, pero ahora los depósitos son cada vez más pequeños y las leyes empeoran”, acotó.

Dijo que, dentro de esa perspectiva, el precio del cobre está en alza, lo que incentiva su producción y Perú juega un rol fundamental, por su potencial de producción del metal rojo.

“Esto involucra la transición energética, ese es el mensaje y esto implica concretar el desarrollo de proyectos de cobre en el país”, subrayó.

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Puntualizó que la transición energética requiere el desarrollo de medidas concretas para llevar adelante la transformación en línea con un triple desafío: eficiencia, renovables y cambio de combustible; la descarbonización global, la electrificación de la matriz y su evolución; y la sostenibilidad.

Asimismo, alertó sobre la tendencia del nacionalismo de los recursos con tendencias en Chile, Perú y el Congo, que son los tres principales productores del metal rojo en el planeta, además de China y EE. UU.

La real transición energética

Lo que tiene Perú, hasta el momento, es simplemente una adición energética a la matriz que poseemos. Aún está lejos de una real transición energética sustentada en infraestructura que permita el aprovechamiento de los recursos naturales disponibles, como las energías renovables, “es una visión de largo plazo a través de una política energética que trascienda los gobiernos”, sostuvo Edwin Quintanilla.

“En Perú el año 65 teníamos 4.6 millones de toneladas de petróleo, un 79% de energía basado en petróleo, hoy vamos por 44%. En gas natural tenemos 26%, en hidroeléctrica 24%, en renovables no convencionales 4% y carbón muy poco. Hemos avanzado y diversificado, pero nuestra matriz depende de lo fósil, que es dominante en casi tres cuartas partes”, explicó.

Al respecto, agregó que el petróleo ha ido creciendo, no ha caído, del año 65 ha pasado de 3 hasta 12 MTOE; mientras el gas natural ha crecido por Camisea desde el 2004, al igual que las hidroeléctricas, y del carbón es muy bajo.

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Planeamiento

Recordó que en Perú se hizo un buen Plan Energético Nacional 2014-2025, el que lamentablemente quedó como un buen documento de biblioteca, y lo que ha habido últimamente es un estudio elaborado por la consultora Deloitte para ENEL, denominado Hoja de Ruta de Transición Energética para el 2050. “Es quizá, la mejor aproximación que he encontrado en el país sobre una ruta de transición energética”, trajo a colación.

Precisó que, por ejemplo, ese estudio, dice que la electrificación de los usos finales podría alcanzar el 32% en 2030 y 62% en 2050, “tarea pendiente por hacer”.

“Se fija 22% en renovables no convencionales al 2030 y 52% al 2050. Incentivos para vehículos eléctricos, la neutralidad del carbono al 2050, que cuesta 103 mil millones de dólares, y una serie de medidas que hay que empezar a tomar en función a esto”, recomendó.

Afirmó que una hoja de ruta tiene que ser explícita, “no un buen deseo, porque esto es un problema que trasciende un gobierno cualquiera y va a seguir, no es algo de corto plazo”.

Vendrán más pandemias y desastres

Mencionó una frase del experto Jeremy Rifkin de que “todas mis esperanzas están depositadas en la generación millennials”, que alude a la necesidad de contar con todo tipo de infraestructuras de desarrollo.

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“Y eso es cierto, pues sin infraestructuras para vivir de forma distinta, vendrán más pandemias y desastres. Rifkin apuesta por un modelo más sostenible, con más decisiones, que seamos millennials, y no ser tan pacientes y seguir con la lógica del ayer, sino asumir una opción de urgencia por temas climáticos, de sostenibilidad y de la transición energética en general”, sustentó.

Energía renovable será 90% al 2050

Destacó que un estudio de IRENA (International Renewable Energy Agency), con sede en Abudabí, en Medio Oriente, precisa que la energía renovable llegará al 90% en el 2050, con la transición imperante en el mundo, y que también se debe realizar en Perú.

“En eficiencia, la energía hacia el 2030 deberá crecer mayormente, y luego lentamente hacia el 2050. La intensidad energética tiene que irse mejorando en la eficiencia, 1.2% a 2.9% por año”, indicó con referencia a esa investigación.

Manifestó que otro indicador fundamental es la electrificación de la matriz energética, que pasa de un 21% a un 51%, la mitad al 2050, debe ser con usos eléctricos. “Mientras los carros eléctricos se irán de 6 millones producidos el 2018, a 1,700 millones al 2050”, citó.