Homar Lozano

HOMAR LOZANO, Director del IIMP 

Vocación. El ingeniero de minas creo el movimiento de alumnos universitarios que promueven las buenas prácticas del sector en las escuelas. Al graduarse, se dedico a enseñar a los niños de la comunidad de Suitucancha.

Levantarse temprano para dar clases en la escuela de la comunidad rural de Suitucancha a 4,200 m.s.n.m. fue la rutina de Homar Lozano por dos años. El ingeniero de minas recién graduado había decidido involucrarse en la ONG Enseña Perú, inspirado por sus líderes que lo invitaban a invertir la energía de su juventud en la docencia. Sabía que iba a ganar alrededor de S/ 1,300 mensuales, pero tener una vida austera era lo que menos le importaba. El actual director del Instituto de Ingenieros de Minas quería dejar huella. Y así lo hizo.

“Ganamos un concurso nacional con mis estudiantes de primero de secundaria. Fuimos a Lima a conocer al exministro de educación Jaime Saavedra”, cuenta Lozano, quien apenas tiene 30 años.

En ese lugar donde abundaba la pobreza, Lozano entendió lo que es intentar enseñar a niños con anemia, o tener que ir a la ciudad de La Oroya los fines de semana para contar con Internet y preparar sus clases. “Me abastecía y volvía a la guerra”, dice.

Pero la vocación por enseñar de Lozano surgió años antes, cuando aún era estudiante de la UNMSM. Fundó Amautas en el 2012, una organización a la que se unieron al principio 30 alumnos interesados en difundir las buenas prácticas de la minería en medio del estallido de Conga.

“Ahora no lo dirijo, pero ya son como 900 voluntarios”, cuenta Lozano, quien entonces desarrolló capacidad para comunicarse dando charlas en las escuelas, reclutando nuevos integrantes de otras universidades, e incluso tocando puertas de la prensa.

“Ya no se suman solo mineros, sino comunicadores, sociólogos, entre otras profesiones”, detalla.

Además, se relacionó con distintos actores de la minería, personas mayores de los cuales había aprendido a través de sus anécdotas. “Te cuentan cosas que ni en los libros están. Me apalanqué en ellos para tomar decisiones y atreverme”, dice el joven que decidió emprender su negocio propio.

Los días con las comunidades hicieron que Lozano años después se replanteara el valor de la minería. Había vivido en una zona de influencia indirecta y conocido de cerca la controversia que generaban los proyectos de explotación entre los padres de sus alumnos. “Yo he sido un comunero más como el los”, destaca.

Sin embargo, “me di cuenta que el abandono que sentían no provenía de la empresa privada, sino del gobierno”, reflexiona Lozano.

Por otra parte, el director que antes criticaba programas como “Juntos” o “Pensión 65″, se dio cuenta allí que ello era “una bendición para la gente”.
Con ese background decidió volver al campo minero y entrar a Antamina.

Trabajó como gestor social dos años en los cuales trataba con las comunidades, negociaba con ellas y veía proyectos de desarrollo.

NECOCIO PROPIO

Con la experiencia obtenida se animó a emprender por segunda vez. En esta ocasión con una empresa enfocada en tecnología’ e innovación para dar soluciones a la minería.

“Somos 40 personas de distintas carreras, como ingeniería y marketing e impulsamos una plataforma de e-learning”, cuenta.

Así, busca la trascendencia y dar la cara. “Ya no podemos tener perfil bajo, necesitamos comunicar y buscar a personas no creyentes del sector y generar sinergias”, concluye el ingeniero de minas.

HOJA DE VIDA

Nombre: Holmar Lozano.
Carrera: Ingeniería de Minas en la UNMSM.
Cargo: Director del IIMP