Hoy en día, estar preparados para participar en una entrevista laboral, es casi una obligación. Por esa razón, la preparación previa puede resultar crucial para conseguir el objetivo de quedarse con el puesto de trabajo ofrecido.
Al respecto, Diego Cubas, gerente general de CL Selection, sostiene que los reclutadores y empresas miden dos pilares en los ejecutivos que desean contratar. El primero es el potencial del ejecutivo, que no es otra cosa que la capacidad para generar valor en diferentes posiciones y contextos cambiantes y dinámicos. De ahí que entre sus principales indicadores se encuentren la motivación, curiosidad, análisis orientado a nuevas posibilidades y a lograr que las cosas sucedan, compromiso y determinación.
El segundo pilar, según la firma de headhunting de gerencia media y puestos especializados, está constituido por las competencias, habilidades o destrezas del candidato que le permitirán tener un desempeño superior en situaciones específicas. “Las competencias ayudan a ‘predecir’ posibles desempeños superiores para los roles que los candidatos están siendo contratados. Las que más buscan hoy las empresas son orientación a resultados, adaptabilidad, impacto e influencia (liderazgo), resolución de problema e innovación”, precisa el experto.
Aunado a ello, otro aspecto clave en una entrevista laboral, es que todo profesional debe saber cómo destacar sus fortalezas. Para ello, Diego Cubas revela que los entrevistadores miden a los candidatos de dos formas: según la calidad de respuesta, tanto en estructura como en contenido, y a través del lenguaje no verbal –compuesto por las variables de la paralingüística (referido a la entonación para mantener al entrevistador atento) – y el lenguaje corporal que ayuda a transmitir el mensaje de forma más receptiva.
Adicionalmente, Cubas también refiere que los candidatos necesitan reconocer sus debilidades o áreas de oportunidad. “Los entrevistadores buscan sinceridad en el candidato, quien debe reconocer sus debilidades y comentar qué plan de acción está tomando para minimizar el impacto de estas o convertirlas en fortalezas, si es posible. Por ejemplo, cuando un candidato tiene como debilidad no saber inglés, lo clave está en que hoy en día esté matriculado en clases de inglés intensivas”, señala.
Y, debido a que los entrevistadores están midiendo constantemente la inteligencia emocional del candidato, es decir, sus habilidades intrapersonales e interpersonales, el experto indicó que se debe evitar a todo costa llegar tarde a la entrevista, ponerse nervioso, morderse las uñas, llevar vestimenta informal, contestar el teléfono, mostrarse no interesado en el puesto, no saludar, hablar mal del empleador anterior, no sustentar las competencias con ejemplos específicos y no saber de la compañía o posición. Solo así los resultados podrán ser positivos.
El Comercio