Elizabeth Armendáriz, consultora comercial en Minería.

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El rol de la mujer en la minería es cada vez más creciente y positivo dada su alta responsabilidad y eficiencia en los campos de producción y de extracción, y porque además su presencia repercute en un mejor afianzamiento en las relaciones con las comunidades del entorno de los proyectos mineros.

Así lo sostuvo la consultora comercial en Minería, Elizabeth Armendáriz Dopp durante su intervención en el IV Congreso Internacional Minero (COMASURMIN) en la Universidad Nacional de Moquegua (UNAM).

“Las empresas modernas, que hoy producen más y tienen una gran relación con sus comunidades y trabajadores son aquellas que cuentan en su staff con un porcentaje alto de mujeres”, argumentó la ejecutiva, quien precisamente es considerada como una de las mujeres más exitosas en la industria minera peruana.

En tal sentido, consideró que actualmente toda contratación de personal en la industria minera  debe ser en iguales condiciones,   y que la mujer debe tener la misma oportunidad de crecer en la empresa,  como lo tiene el hombre.

“Hay muchas empresas dispuestas a creer en ellas, las apoyan en sus sueños, en su necesidad de conocimientos para que sean  mecánico de planta, operador de maquinaria pesada, y para que estudien para ingenieras de minas, planeamiento, en servicios civiles, industrial, ambientales, etc”, refirió.

Recordó que la minería en el Perú, en el 2006 tenía 175,000 trabajadores en planilla, y de los que solo 12,500 eran mujeres, pero que desde entonces el índice femenino laboral se mantiene en alza.

Mujeres y paz social

Armendáriz dijo que hoy la mujer no solo está preparada para ser asistente, secretaria, profesora, enfermera, cocinera y cuidar sus hogares, sino que también tienen toda la capacidad para poder desarrollarse en cualquier otra actividad, entre ellas  en la industria minera.

“Sin las mujeres en el cuadro minero, nunca habrá paz social”, estimó.

Manifestó que la mujer en la minería ha caminado mucho en el mundo  y con gran esperanza orientada  a un mejor futuro de la actividad, y que en la historia minera peruana han existido y existen muchos ejemplos a seguir.

“Tenemos hoy muchas mujeres de operadoras de equipos y maquinaria pesada, mecánicos, ingenieros en todas sus ramas, geólogas, biólogas y CEOs. Miren, Delia Tasayci fue la primera ingeniera de minas egresada de la UNI; Eva Arias, la primera presidenta de la Sociedad de Minería, Petróleo y Energía; Miriam Cabrera, operadora de maquinaria pesada en Hubday y Julia Torreblanca, CEO de Cerro Verde – Freeport, entre otros muchos  ejemplos”, trajo a colación.

“En mi caso, siempre fui libre, pude crecer, cumplir mis sueños y ser respetada por la industria minera por mi trabajo y honestidad; premiada en el 2005 por el Colegio de Ingenieros del Perú como la empresaria minera del año y fui la primera mujer peruana en recibir ese galardón”, añadió con entusiasmo.

El trabajo ya no tiene género

La consultora demandó a los jóvenes, hombres y mujeres, a integrarse y ser iguales en el tratamiento laboral.

“Hoy la tecnología, el conocimiento, la inteligencia y la capacidad de trabajo no tienen género, seamos un país moderno, capaz de caminar mirando al futuro con fe, esperanza e integridad en todo sentido”, instó al auditorio presente, y que tenía una gran presencia de jóvenes.

Reiteró que Perú como país minero  tiene muchísimo que aprender de todos los involucrados en esta industria maravillosa, “que nos da la oportunidad de que seamos un país mejor”.

“Debemos ser conscientes que las empresas mineras vienen invirtiendo muchísimo en nuestro país porque saben y conocen de las riquezas que tenemos y nosotros requerimos de sus capitales para desarrollar esta industria y crecer”, acotó Armendáriz, quien heredó la genética minera de su padre, Edén, quien como  gerente de Ventas de Atlas Copco, la llevaba desde niña  en su recorrido por todas las minas del país