Foto: Terra

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Por Eduardo Morón

Los afiliados al Sistema Privado de Pensiones al acercarse a su fecha de jubilación enfrentan una decisión clave: ¿bajo qué modalidad me jubilo?  Muchas personas no están conscientes de que hay varias opciones y no todas son la más adecuada a su situación familiar.  La SBS ha pre-publicado una norma que elimina las opciones que hoy la mayoría de afiliados escoge e incorpora otras que lejos de ayudar, fuerzan a tomar más riesgo. Por ello, nos parece necesario revisar el tema y ofrecer una guía para esta discusión técnica que debería velar por los intereses de los afiliados.

Opciones disponibles: Al momento de jubilarse uno puede escoger entre estas opciones: (a) la renta vitalicia, que puede ser en soles o dólares, o (b) la renta vitalicia bimoneda que es en las dos, (c) una renta temporal combinada con una renta vitalicia diferida, (d) el retiro programado, y (e) la renta mixta que combina dos pensiones de manera simultánea, una que proviene de una renta vitalicia en dólares y otra que proviene de un retiro programado en soles. Las opciones mayormente preferidas son:

Tabla2

¿Qué pasa en un Retiro Programado?  Le permite recibir una pensión mensual, el resto de su fondo sigue siendo administrado por la AFP. El tamaño de su pensión dependerá de su fondo, de su expectativa de vida y la de sus beneficiarios, y obviamente de la rentabilidad futura del fondo. Esta es la única modalidad en la cual, el jubilado puede cambiar de modalidad de pensión en el transcurso de su vida. En caso de fallecimiento, los beneficiarios reciben pensión de sobrevivencia, y si no los hay el fondo se vuelve herencia.

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¿Qué pasa en una Renta Vitalicia? El gran beneficio de esta modalidad es tener una pensión fija por el resto de su vida. El fondo es transferido a una compañía de seguros que se encargará de la administración. Nueve de cada diez jubilados que optan por Renta Vitalicia utilizan la opción del Período Garantizado. Esta opción permite al jubilado garantizarle a sus beneficiarios el 100% de la pensión del titular por 10 a 15 años. Si no fuese así, en caso de fallecimiento, los beneficiarios reciben pensión de sobrevivencia. Si no los hubiera, no se genera un monto heredable.

Tres preguntas antes de decidir. Es importante remarcar desde el inicio que esta decisión individual depende de muchas circunstancias particulares de cada afiliado. Así que no nos pidan una receta única porque no existe. Pero si hay preguntas claves que pueden orientarlo en su decisión. Una primera pregunta clave que debe responder el afiliado es si es que la pensión de jubilación va a ser o no su única fuente de ingresos en esta etapa de su vida. Puede ser que además tenga otras rentas como el alquiler de un inmueble o las ganancias de un negocio propio. La segunda pregunta es cuánto necesitará para vivir una vez que ingrese a su jubilación. La tercera pregunta es cuál es el estado de su salud y si puede seguir trabajando o no. Estas preguntas deben contestarse pensando en cuál es el grupo familiar relevante. ¿Es usted sólo?, ¿tiene cónyuge?, ¿tiene familiares que están a su cargo?, etc.

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Si usted no tiene otras fuentes de ingreso, haga un presupuesto familiar y vea cuáles son sus necesidades de ingreso y opte por una renta vitalicia que le garantizará un monto mensual fijo que dependiendo de su fondo ahorrado debería ser cercano a sus necesidades de gasto. En todo caso, usted no incurrirá en el riesgo de que su pensión sea cada vez menor a medida que usted envejece. Si usted puede extender su período laboral, podrá acceder a una mayor pensión. Así que vale la pena hacer este esfuerzo extra si esta es su situación.

Si usted tiene otras fuentes de ingreso, lo mejor será optar por un retiro programado o la combinación de un retiro programado con una renta vitalicia diferida.  Hoy las normas permiten estar hasta 2 años recibiendo una renta temporal y luego se empieza a recibir una renta vitalicia.

Dos propuestas inadecuadas. La SBS pre-publicó en Agosto de este año una norma por la que se proponen dos cambios que no apuntan a servir mejor al jubilado. Primero, se eliminan los rangos de renta temporal de 1 y 2 años y se reemplazarían por 3, 4 y 5 años. Esto implica forzar a los jubilados a tomar mayor riesgo dado que se aumenta el horizonte de inversión.  Si lo que se quiere es que el afiliado incremente el valor de su pensión, tiene la opción de optar por un retiro programado. Por último, en lugar de eliminar las opciones de 1 y 2 años, simplemente se debería aumentar las opciones hasta 5 años. Es importante mencionar que antes estas opciones estuvieron vigentes y los jubilados no las tomaban. En Chile donde también se puede optar por horizontes más largos, siete de cada diez jubilados no va más allá de los 2 años.

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En segundo lugar, se elimina el uso de la opción de Período Garantizado en las rentas vitalicias. Esta opción es la que 9 de cada 10 jubilados prefieren. Como cualquier seguro, mitiga el riesgo de una menor pensión para los beneficiarios a un costo de una pensión entre 6-7% menor de la que recibiría si no se optara por dicha garantía. Las estadísticas muestran que los jubilados valoran esta alternativa de manera masiva. Tengamos en cuenta, que la pensión de sobrevivencia es menos de la mitad que la pensión del titular.

Conclusión.  La decisión de cómo jubilarse es un momento complejo para el afiliado al SPP. No quitemos opciones que son valoradas por ellos. No hay que forzar a los jubilados a tomar riesgos que no corresponden. Finalmente, la libre elección de las modalidades de pensión debe ser apoyada por información clara para ese futuro pensionista que quiere escoger la mejor opción para él o ella y su familia. Las compañías de seguros representadas por APESEG tienen el compromiso de colaborar en este esfuerzo permanente de educación financiera.

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