Por Cecilia Rizo Patrón

El desarrollo que equilibra aspectos económicos, sociales y ambientales,satisfaciendo las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para cubrir sus propias necesidades, es lo que denominamos desarrollo sostenible.

Esta definición se formalizó por primera vez en el documento conocido como el Informe Brundtland de 1987, fruto de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas.

Para contribuir a lograr este desarrollo,la Organización de las Naciones Unidas (ONU)estableció la Agenda 2030, documento que contiene 17 objetivos y 169 metasde desarrollo sostenible a ser cumplidas en el año 2030. Estos objetivos están relacionados a atender los desafíos sociales, económicos y ambientales que tiene el mundo.

Según el reciente informe del avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, el SDG INDEX 2018, que publica los progresos de 159 países en el cumplimiento de 17 objetivos, el Perú ha mejorado ligeramente, pasando del puesto 79 en el 2017, al 64 en el 2018. Mantenemos aún muy bajos avances en materia de Innovación e infraestructura (ODS 9), Reducción de la Desigualdad (ODS 10) y en Paz, Justicia e Instituciones Sólidas (ODS 16).Esto se explica debido a la baja inversión en investigación y desarrollo, altas tasas de corrupción y las brechas sociales que enfrenta nuestro país.

En paralelo, las empresas se encuentran en una constante competencia por conseguir mayor participación de mercado, la pregunta es, entonces, ¿cómo las empresas pueden demostrar su compromiso con estos desafíos de la sostenibilidad? También, ¿cómo generar confianza en los grupos de interés?

Hay una tendencia en regular estos temas a nivel internacional. Según el reporte de KPMG“The road ahead” del año 2017,en el cual se evalúan temas los reportes de sostenibilidad de 49 países, Perú se encuentra en quinto lugar en Latinoamérica;siendo Brasil, Chile y México los que encabezan la lista de los países más transparentes por su gestión de sostenibilidad. Evaluando los requerimientos que estos países han impuesto a las organizaciones privadas que operan en sus territorios, identificamos que:

  • En Brasil, la Bolsa de Valores de San Pablo (Bovespa) fijó en el 2005 el lanzamiento de su nuevo Índice de Sostenibilidad Empresarial (ISE). Para poder pertenecer a dicho índice se tiene que llenar un cuestionario con preguntas referidas a aspectos sociales, ambientales y económicos. Esta iniciativa es una réplica al de la Bolsa de Valores de Nueva York.
  • En Chile, la Bolsa de Comercio ha replicado el sistema de la Bolsa de Valores de Nueva York, ya que el primero tiene un Índice de Precio Selectivo de Acciones (IPSA) que ayuda a clasificar su DJSI Chile Index.
  • En México, en el año 2012, se promulgó la norma NMX-SAST-26000-IMNC-2011 llamada “Guía de Responsabilidad Social”, la cual pretende ayudar a las organizaciones a contribuir el desarrollo sostenible. Tiene como propósito fomentar que las organizaciones vayan más allá del cumplimiento legal, reconociendo que el cumplimiento de la ley es una obligación fundamental para cualquier organización y una parte esencial de su compromiso con el desarrollo sostenible.
  • En el caso de Perú, la Superintendencia de Mercado de Valores (SMV) publicó la resolución 033-2015, a través de la cual se exige a las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Lima revelar al mercado información acerca de su actividad y gestión de riesgos inherentes a aspectos medioambientales o sociales. En cortas palabras, que presenten sus reportes de sostenibilidad.

Tras la publicación de dicha resolución en nuestro país, las 249 empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Lima deberían brindar sus “Reportes de Sostenibilidad Corporativa” como anexo a la Memoria Anual, en marzo de cada año. Sin embargo, revisando el cumplimiento de dicha norma, solo el 85% de estas empresas presentaron el documento. Además, de estos documentos,solo el 33% contaba con información adecuada, 20% estaba acogida a una metodología reconocida y el resto contaba con información que no correspondía a lo solicitado, información inconclusa, información repetida e incluso se identificó un reporte que, aunque suene increíble, estaba en blanco.

Esta información es un reflejo del compromiso que tienen las empresas en nuestro país con la sostenibilidad. Actualmente, muchas de las organizaciones se ciñen al cumplimiento de lo solicitado en el reglamento y consideran haber cumplido reportando alguna actividad de responsabilidad social, e incluso sus actividades de voluntariado empresarial; pero, si bien estas acciones son positivas, no son el objetivo.

El reporte de sostenibilidad es una herramienta que permite a las empresas medir, comunicar y ser transparentes con sus grupos de interés en relación a su desempeño económico, ambiental y social. La información recopilada en este documento busca presentar una imagen equilibrada de la organización, exponiendo de manera transparente sus avances, logros y también sus puntos de mejora.

Este documento, subvalorado por gran parte de las empresas en nuestro país, contribuye internamente a las organizaciones brindándoles una análisis FODA SOSTENIBLE de su impacto como organización, en el que busca analizar el negocio desde el punto de generación de valor económico, social y ambiental a los grupos de interés. En lo económico, ¿qué porcentaje de insumos compro a proveedores? ¿Cuáles son mis impactos directosen la comunidad (empleo) e indirectos (generación de nuevos negocios)?; desde el punto de vista social, ¿hay diferencia en el nivel de rotación de las mujeres y hombres?, ¿puedo asegurar que mis proveedores no utilizan mano de obra infantil?; y desde el punto de vista ambiental, ¿cuánto es el consumo de agua promedio por trabajador?, ¿cuántos residuos genero?, ¿se pueden reciclar?

Además de la identificación temprana de potenciales riesgos de sostenibilidad; el reporte de sostenibilidad también sirve externamente en la atracción de inversionistas, relación con públicos de interés y, sobre todo, en la reputación de la organización. Hay que tener en cuenta que en 1970, sólo el 20% del valor de mercado de una compañía podía ser medido a través de sus activos intangibles. Hoy por hoy, estos activos representan hasta el 80% del valor de las empresas, según el Intangible Asset Market Value Study del 2017, estudio que evalúa las 500 empresas más grandes de Estados Unidos.

Para desarrollar un reporte de sostenibilidad que cumpla con una identificación y gestión de riesgos de sostenibilidad y brinden una información relevante y equilibrada a los grupos de interés de la empresa, es recomendable seguir los estándares más reconocidos a nivel mundial:

  • ElGlobal Reporting Initiative (GRI)es el primer estándar mundial para la elaboración de reportes de sostenibilidad. 80% de las 250 empresas más grandes a nivel mundial lo usan. Su metodología está enfocada en presentar el desempeño en sostenibilidad atodos los públicos de interés de una organización.
  • IIRC (International Integrated Reporting Council) es una herramienta de reporte no financiero, dirigido exclusivamente al público de accionistas e inversionistas.
  • La norma AA1000 es un estándar que brinda pautas básicas sobre cómo gestionar el diálogo y la relación con los grupos de interés.
  • El Pacto Mundial es una organización de las Naciones Unidas que busca promover la ciudadanía corporativa, mediante el planteamiento de diez principios relacionados a aspectos laborales, derechos humanos, medio ambiente y corrupción. La ONU hace un llamado a las empresas a firmar un compromiso público para cumplir con estos diez principios, y para asegurar su cumplimiento solicita a las empresas suscritas emitir reportes de sostenibilidad anuales, denominados Communication on Progress (COP), el cual está alineado con el GRI.

El reto es entonces no solo cumplir la ley; también ir más allá y aprovechar el proceso de elaboración de los reportes de sostenibilidad para autoevaluarse, cerrar las brechas en los aspectos en los que aún no estemos cumpliendo,gestionarlos impactos positivos y negativos generados por nuestras actividades, productos y servicios; y asumir un verdadero compromiso con el desarrollo sostenible en el largo plazo, demostrando así transparencia hacia nuestros grupos de interés.

Para muchos, este enunciado puede llegar a sonar como una misión imposible; no obstante, ese es justamente el objetivo de los reportes de sostenibilidad, brindarnos la ruta para lograrlo.