Datos personales. Listo. Estudios y especializaciones. Listo. Experiencia profesional. Listo. El currículum vitae (CV) parece perfecto. Pero, ¿como que falta algo, no crees? Por supuesto, faltan tus metas.
¿No sueles poner tus metas en el CV? Con razón no consigues empleo, partes con una desventaja frente a otros solicitantes.
1. Logros académicos
Las metas para un recién egresado o para alguien con escasa experiencia no son inexistentes, los estudios también cuentan a la hora de conseguir un puesto laboral. Incluir si hemos logrado estar en el tercio o en el quinto académico ayuda mucho. Y más aún, si enlazamos ese sitial con lo que podemos brindar a la empresa.
Los premios o distinciones también deben ser incluidos dentro de las metas conseguidas. Es importante que desde tu época de estudiante participes activamente en los concursos que realicen en tu universidad, otras universidades o instituciones empresariales o estatales.
Esta iniciativa habla bien de ti. A las empresas les quedará claro que no eres una persona pasiva, que nunca te contentaste con aprobar los cursos, sino que siempre has querido demostrar todo tu potencial a través de propuestas creativas e innovadoras.
2. Logros laborales
Otra cosa que los reclutadores valoran mucho es la capacidad que ha tenido el postulante para ascender. Cada uno de los cambios de puesto que hayas experimentado en tus trabajos anteriores, por más minúsculos que parezcan, inclúyelos en tu CV.
Esto anima a las empresas a contratarte ya que dejas constancia de no ser un empleado más, sino que sueles destacar entre todos.
¿Fuiste elegido el empleado del mes alguna vez? ¿Te ofrecieron un premio por obtener más ventas en determinado mes? También esos logros forman parte de tus metas. Recuerda cada uno de sus logros y ubícalos por fechas específicas.
3. Logros grupales
No siempre obtenemos logros individuales en el empleo. Parte de nuestras metas alcanzadas se dieron en grupo, a través de lo que denominados “equipos de trabajo”.
Si en tu empleo anterior formaste parte de un grupo que consiguió determinados objetivos, también deberás incluirlo en el CV. Después de todo, fuiste parte importante de ese engranaje que llamamos “equipo”.
Ahora bien, no siempre los jefes forman los equipos de trabajo. En ocasiones, los equipos se forman anónimamente, sin que nadie designe a los integrantes. Esto se nota cuando la empresa pasa por un mal momento, y ciertos trabajadores se ponen la empresa al hombro y logran sacarla a flote. ¿Es una meta alcanzada? Por supuesto.
Lo que no debes poner como una meta
“Deseo trabajar como… porque quiero demostrar que mis conocimientos adquiridos en la materia X sirven”. Esto es un ejemplo de una meta fatal, sin sentido alguno, y que no impactará a ningún reclutador.
Si no tienes experiencia, o si has venido trabajando en otro rubro, lo mejor es que enfoques tu meta en base a tus habilidades. Algo así podría funcionar para alguien que pretende cambiar de industria: “He logrado destacarme en empresas farmacéuticas, automovilísticas y de retail. Mi adaptabilidad me permite acoplarme rápidamente a nuevos entornos con facilidad”.
En conclusión, una meta es una mezcla de lo que hemos conseguido en diferentes ámbitos profesionales, con lo que podemos brindar a la organización.
Si la meta alcanzada, por más buena que sea, no guarda relación con la empresa a la que postulamos, resulta completamente inútil. Lo recomendable es que elabores una lista de metas, que puedas incluirlas de una en una dependiendo de los requerimientos y los objetivos específicos de cada puesto laboral.
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