Roberto Maldonado

Por: Ing. Roberto Maldonado, primer vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú. 

En esta oportunidad nos referiremos al futuro de los proyectos mineros que, sin duda, serán una pieza clave para lograr la reactivación económica que requiere el Perú, así como también para consensuar la visión de desarrollo que tanto anhelamos los peruanos.

Partimos compartiendo una de las grandes preocupaciones de nuestra industria que es la ausencia de nuevas iniciativas de gran escala. En Perú, el último gran proyecto puesto en marcha fue Las Bambas, en el 2016, que demandó una inversión de más de US$ 10 mil millones, dinamizando la economía del país y de la región Apurímac.

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Este gran emprendimiento, que representa alrededor del 1% del PBI nacional, generó más de 18 mil puestos directos de trabajo solo en su fase de construcción. Además de ello impulsó otros sectores económicos como construcción y no primarios como comercio, transporte y alojamiento, y ha generado múltiples encadenamientos productivos a su alrededor.

Es decir, Las Bambas se ha convertido en el principal ingreso y socio estratégico de Apurímac, región predominantemente rural y que se encuentra en pleno proceso de transformación a raíz de este emprendimiento de gran escala y que ofrece mayores oportunidades de desarrollo para su población.

Estos mismos beneficios para el país lo pueden generar proyectos que involucran grandes capitales como Conga (US$ 4,800 millones) –que lamentablemente hoy se encuentra paralizado–, La Granja (US$ 5,000 millones) y El Galeno (US$ 3,500 millones), ubicados en el Cinturón del Cobre del Norte, que se complementarían con las iniciativas que tenemos en el sur, incrementando con ello la producción cuprífera.

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Debemos tener muy claro, que después de Quellaveco (US$ 5,300 millones), que iniciará producción en 2022, dependemos de proyectos de menor envergadura para los próximos años, que impactarían moderadamente en la economía nacional. Ello nos obliga a actuar rápida e inteligentemente para cambiar esta realidad e impulsar nuevas operaciones intensivas en capital y mano de obra.

La pandemia hace evidente que hoy más que nunca debemos tomar decisiones responsables que impacten no solo en el corto plazo, sino también que tengan una visión de mediano y largo alcance, que garanticen un mejor futuro con más educación, salud y mayores oportunidades para todos los peruanos.

Para ello necesitamos no solo el respaldo del Estado, sino también llegar a consensos entre peruanos. Es el momento de repensar y construir un mejor futuro para el país. No desaprovechemos la oportunidad que nos brinda nuestra minería.

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Fuente: Gestión