Miguel Cardozo, Presidente y CEO de Alturas Minerals.

Miguel Cardozo, Presidente y CEO de Alturas Minerals.

La inversión minera caerá el 2018, pero no por falta de proyectos. Hay muchos pero no salen por problemas sociales y la falta de dinero, apunta el presidente de Alturas Minerals y geólogo explorador, Miguel Cardozo.

La actividad exploratoria viene descendiendo abruptamente, no sólo en el Perú. ¿Cuál es el panorama?
La inversión en exploración minera cayó 50% en todo el mundo entre 2012 y 2014, y se estima que descenderá 10% más en el 2015. En el caso del Perú la caída ha sido similar: 50% en los dos últimos años, y posiblemente veremos un descenso [acumulado] de 55% cuando se sumen los resultados del 2015.

Eso significa que la caída será menos pronunciada este año.
Es que ya no hay donde más caer. La percepción unánime en elPDAC 2015 [el congreso de exploración minera más grande del mundo] fue  que la industria ya tocó fondo. La pregunta que surge ahora es: ¿cuándo se levantará?

¿Y cuándo sucederá eso?
Primero se pensó que se reactivaría en el 2014 y no fue así. Luego se dijo que la reactivación se daría a comienzos del 2015, pero eso tampoco se ha visto. Ahora se especula que saldremos de la crisis en el 2016.  Nadie lo sabe. Lo cierto es que hay mucha incertidumbre porque las compañías exploradoras han tocado fondo, pero también pueden quedarse rebotando allí por largo tiempo. Eso está ocurriendo y ha ocurrido en crisis anteriores.

Ver también:  Exploración minera con IA brinda nuevo impulso en América Latina

Usted advirtió en el 2014 que la mitad de las mineras junior estaban paralizadas. ¿Qué ha pasado desde entonces?
Ese problema ha aumentado en el 2015, aunque en menor grado. Las empresas están haciendo lo imposible por sobrevivir con la esperanza de que el mercado resurja.

¿Esas empresas que han salido del juego, han desaparecido o están a la espera?
Esperan, porque no tienen dinero para explorar. Pero no sólo eso. Han advertido que por más buenos que sean sus descubrimientos no van a atraer la atención de los inversionistas. Ese es el problema. Estas crisis son tan profundas que el mercado pierde interés y no observa lo que está pasando.  Por eso, es más estratégico guardar dinero hasta que la crisis concluya, que invertirlo en actividades exploratorias que no aportan soluciones.

Ver también:  Cartera de proyectos de exploración minera suman US$ 521 millones

¿Cuánto tiempo puede aguantar así una minera junior?
No hay un límite. Las junior aún cuentan con alternativas. Por ejemplo, en todas las empresas que están en crisis los directivos no cobran. Todos trabajan gratis en espera de que el panorama se revierta; y si deben poner el hombro para cubrir los gastos, lo hacen. El mercado junior es, en este momento, lo más parecido a un desierto: hace calor, no hay agua y los exploradores tienen que pararse bajo el sol  tapándose con lo que haya para no quemarse. No es, sin embargo, la primera vez ni la última que esto acaecerá.

¿Esta crisis es igual o peor que las otras?
Es peor, porque viene acompañada de más problemas. Es un problema que no afecta solamente a las mineras junior sino a toda laminería. Lo que sucede es que las mineras senior producen y tienen medios para seguir operando, pero su valor de mercado se ha perdido.  Según Can, las grandes compañías mineras han perdido el 79% de su valor de mercado. Crisis previas habían hecho perder a las empresas hasta 70%. Esta es  ya la más profunda de todas.

Ver también:  Miguel Cardozo: “Hay 9 proyectos de exploración minera en trámites con una inversión de US$ 167 millones”

¿Cuánto tiempo puede aguantar así una minera junior?
Hay menos actividad, menos exploración y, por consiguiente, menos descubrimientos. Desde el 2008 nos han impactado dos crisis, pero tuvimos la suerte de salir rápido de la primera. Esta dura demasiado.

¿No hay grandes proyectos más allá del 2018?
El ‘gap’ no se producirá por falta de proyectos. Hay muchos en diferentes fases de desarrollo, pero que no salen por conflictos sociales, falta de financiamiento y demoras en los permisos. Solo con las inversiones diferidas y en ‘stand by’, como Conga, Tía María, Michiquillay, Galeno, Quellaveco  y La Granja, tenemos suficiente potencial para crecer durante cinco a ocho años hasta alcanzar las 5 millones de toneladas de producción de cobre [hoy estamos en 1,4 millones de toneladas].

El Comercio