ProActivo | Los planes de reactivación del sector minero afrontan seis cuellos de botella claramente identificados, reveló Pablo de La Flor, Director Ejecutivo de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE).
“El principal, guarda relación con el excesivo burocratismo transversal; los requisitos y exigencias que se han planteado resultan gravosos y en algunos casos carentes de fundamentos técnicos”, afirmó.
Detalló que los procedimientos establecidos resultan un tanto engorrosos, y que en el sector minero el protocolo o los planes sanitarios que cada empresa debe preparar, tienen que ser aprobados por los Comités de Salud y Seguridad en el Trabajo, y luego revisados y aprobados por el Ministerio de Energía y Minas (MINEM), antes de ser subidos al aplicativo del Ministerio de Salud.
“No se entiende este exceso de pasos, cuando en realidad lo que bastaría sería tener una aprobación automática, con cargo a un control ‘ex post’ para agilizar trámites que resultan a todas luces excesivos y redundantes”, demandó.
Al respecto, acotó que se han dado algunas normas que resultan un tanto contradictorias entre sí, y que seguramente van a tener que ser revisadas como ya sucedió con algunas otras, “que no tenían ningún sustento técnico y que lejos de estimular y propiciar un proceso ordenado y efectivo de reactivación, lo único que iban a hacer era complicarlo”
Excesos de restricciones en las regiones
El directivo gremial consideró que otro escollo son los excesos de las autoridades subregionales, que establecen restricciones ilegales en el caso de la minería “y que puede terminar entorpeciendo de manera dramática el proceso de reactivación”.
Ejemplificó que “por ejemplo, hay regiones que limitan los días de circulación para el transporte, a lo que se suma la actitud de las rondas campesinas y distintos frentes de defensa que han montado tranqueras en varias minas, impidiendo todo tipo de desplazamientos.
Sostuvo que en consecuencia, “no bastará con tener protocolos aprobados y planes listos, sino que será necesario en muchos casos reestablecer el principio de autoridad”.
Desplazamiento personal disfuncional
Pablo de la Flor mencionó que un tercer cuello de botella tiene que ver con el desplazamiento del personal hacia las minas. “En la actualidad, tenemos un protocolo vigente que pasa por un requerimiento de las empresas al MINEM, adjuntando un listado con el número y nombres de personas que se está transportando, el lugar del destino, el nombre de la Unidad Minera y la presentación de un certificado médico, etc”, detalló.
Finalmente agregó que, en el caso de los retornos, se tiene que especificar la dirección al que cada uno de los trabajadores se va a dirigir, solicitud que es aprobada por el MINEM, el que la manda al Ministerio del Interior, para que este notifique al titular minero.