Paul Martin

Paul Martin

El sector privado puede contribuir cada vez más a la discusión y apoyo efectivo de las políticas en beneficio a la niñez y colaborar decididamente con el Estado para ir resolviendo los problemas de salud, educación y otros que padecen los niños y niñas en Perú, sostuvo Paul Martin, representante de UNICEF en nuestro país.

“El sector privado tiene posibilidades de tener alianzas en el tema de las políticas públicas, y el Estado requiere de su ayuda para definirlas e implementarlas”, acotó al intervenir en la IX Expoferia de proyectos de responsabilidad social.
Agregó que una empresa amiga de la niñez, “es la que vela por el cuidado del medio ambiente, de los recursos humanos, del ambiente de trabajo, cumple con la ley, tiene lactarios para las madres y centros de cuidado para niños”.
“El crecimiento y desarrollo en la primera infancia debe responder a políticas públicas y con intervenciones integradas de las empresas que puedan sumarse a este enfoque”, expresó.

Mejor capital humano para el futuro
Añadió que las empresas en toda la región están trabajando temas sobre la primera infancia, y aparte de lo caritativo, están incursionando en la educación y salud porque esta es una inversión en sus futuros empleados y en el mercado.
Afirmó que en Perú, el Mindis con el programa Crecer con Inclusión, está trabajando temas de la niñez con un enfoque de resultados y con apoyo de las ONG y de la cooperación internacional y que se espera una participación cada vez más activa del sector privado.
“Las mejoras en salud y nutrición y educación permiten tener ciudadanos con mayores potenciales y mejorar el capital social humano del país”, destacó.
Puntualizó que la empresa puede promover el desarrollo articulado de las intervenciones en la primera infancia.
“El sector privado debe pensar en que una inversión en la infancia ayuda mucho al incremento de la productividad, de la competitividad en el mercado global y en la sostenibilidad del desarrollo económico y productivo, e incluso a la sostenibilidad de la democracia”, aseguró.

No basta con solo cumplir la ley
Martin consideró que la responsabilidad social no es suficiente para decir que una empresa sea socialmente responsable, cuando lo real es que simplemente está cumpliendo la ley en ese aspecto.
“Una empresa que diga yo soy responsable porque cumplo con la normativa, no está haciendo mayor cosa”, enfatizó.
Añadió que el reparto de recursos que hacen algunas compañías, es frecuentemente manejado por el tema de imagen corporativa, y no para contribuir a cambios sustanciales en la situación de la exclusión social.

“Pueden hacer muchas más cosas”
El funcionario afirmó que una empresa podrá ser calificada como socialmente responsable “si asume un papel real por un auténtico cambio social”.
“Las empresas pueden hacer muchas más cosas que solo dar plata; pueden influenciar en el ambiente local, regional y nacional de diversa manera”, señaló.

Para acabar con la pobreza
Afirmó que ir resolviendo los temas de la primera infancia es de vital para acabar con la pobreza en Perú, cuyo rostro es particularmente la del niño y niña indígena.
“Según UNICEF hay más pobres en la zona urbana de Perú, pero en términos de exclusión, de falta de servicios, el problema es más grave en las áreas rurales”, indicó.
Precisó que el ritmo de crecimiento del ser humano es principalmente en los primeros 3 años. “El 90 por ciento de la capacidad humana se desarrolla desde la concepción hasta cumplir tres años. El cerebro no crece después, y los trastornos que se producen en este lapso son frecuentemente problemas de por vida para este niño, su familia y la sociedad”, detalló.

Perú tiene más plata pero menos gasto social
Informó que la tasa de inversión de un país como Suecia, debe ser más alta en niños pequeños, disminuyendo un tanto en la edad escolar y en los años de adolescencia post escolar.
“Y aunque no tengo el patrón de la inversión en Perú y en América Latina, puedo apostar que es casi al revés”, estimó.
Sobre el tema, observó que Perú tiene miles de millones de dólares en reservas y una tasa de crecimiento que es la envidia de la región e incluso del mundo; sin embargo registra una de las inversiones más bajas en gasto social per cápita, y tiene 80 por ciento de desnutrición en algunos distritos de la sierra.
“Atacar este problema es fundamental y la empresa competitiva puede ayudar liderando un movimiento en el que se invierta cada vez más los recursos del Estado y de la sociedad en general en ese rubro”, planteó.
Subrayó que en Perú hay reservas para mejorar la asignación de recursos al desarrollo social, entre ellos para beneficio de la niñez, pero hay que hacerlo garantizando la buena gestión de los fondos, cuyo manejo es actualmente un problema.
“En esto, hay cuellos de botella en la gestión y coordinación intersectorial, entre los ministerios de Salud, Educación, Mindis”, recalcó.