inauguracion stand Perú PDAC 2015

El martes se celebró el Peru Day en Toronto. El gobierno, empresarios peruanos y consultores destacaron el atractivo del país para la inversión minera. También alertaron a los inversionistas sobre riesgos en sus proyectos y cómo enfrentarlos

El Perú se mantuvo como uno de los países visitantes más importantes durante la Convención del PDAC (Prospectors and Developers Association of Canada). La delegación peruana coordinó para nuevamente ser un “país auspiciador”, denominación que tuvo por primera vez el año pasado. Se trata de una estrategia de marketing para captar inversionistas, una suerte de inPERU minero.

Las conferencias y discusiones estuvieron envueltas del optimismo propio de una delegación que busca promocionar al país, por lo quese enfatizaron los aspectos positivos del Perú como plaza minera y no se trataron algunos problemas claves como las modificaciones a los contratos de estabilidad tributaria de las mineras –que aumenta el riesgo de la inversión para las operaciones actuales-.

Uno de los momentos más interesantes fue el panel internacional sobre el atractivo minero del país. Tras el optimismo inicial sobre las bondades del Perú, se pidió a los panelistas realizar recomendaciones a los inversionistas mineros que deseen ingresar al Perú. El panel ofreció una cuota de realismo y consejos prácticos para los inversionistas.

PACIENCIA Y BUENAS RELACIONES

“Deben estar preparados para realizar una inversión a largo plazo en el Perú”, afirmó Stephen Benoit, jefe de la región Andina de Export Development Canada. En la práctica, el tiempo requerido para desarrollar un proyecto termina siendo 4 a 6 veces más que el inicialmente estimado, dijo. Sin bien reconoció los esfuerzos del gobierno para reducir la lentitud en la aprobación de estudios y permisos para iniciar la construcción del proyecto, advirtió que implementar estos cambios tomará un “largo tiempo”. Por ello recomendó a los inversionistas realizar presupuestos de inversión considerando un plazo largo.

Otro punto clave en el que varios ejecutivos coincidieron fue el desafío para obtener la llamada licencia social, es decir, el apoyo de la comunidad. Pese a que pueda haber apoyo del gobierno nacional, “al final del día lo que sucede a nivel local es que determina el [éxito del] proyecto”, sostuvo Lance Crist, jefe de Industrias extractivas del IFC (brazo financiero del Banco Mundial que financia proyectos mineros). Crist recomendó que las empresas mineras inicien su relación con las comunidades cercanas al proyecto desde la etapa inicial de exploración. Enfatizó que este aspecto no puede ser dejado de lado incluso las compañías de exploración (juniors) con poca caja en la actual coyuntura, tras la caída de los precios de los metales.

Más que prometer beneficios desde el inicio, la clave consiste en manejar las expectativas de la comunidad y comunicar constantemente sobre los avances del proyecto. “Cada vez que visito una mina, la cantidad de desinformación es increíble”, dijo. Carlos Casas, director ejecutivo del nuevo Centro de Estudios sobre Minería y Sostenibilidad de la Universidad del Pacífico, coincidió en que se debe buscar una relación sostenible con la comunidad. “Aquellas empresas que han priorizado el largo plazo y el desarrollo de la comunidad como objetivo más importante son las que han sido las que han obtenido más beneficios y mejores resultados [en el desarrollo de sus proyectos]”, sostuvo.

Este tipo de riesgos desincentivan a los inversionistas porque implican incertidumbre sobre el éxito de sus proyectos. “Las empresas mineras aman la predictibilidad y odian las sorpresas”, dijo Glen Ives, jefe de minería para las Américas de la firma consultora Deloitte. Sin embargo, los riesgos existen en todos los países en donde existe minería. De lo que se trata es de manejarlos y mitigarlos. “Hay que ser previsores”, agrega Carlos Casas. Prepararse para la incertidumbre permitirá a las empresas enfrentar estas “sorpresas” y evitar que sus proyectos terminen entrampados.

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