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En medio de un contexto complejo para el sector hidrocarburos, Alejandro Ormeño, Gerente general de PBF, afirma que la importadora de combustibles está avanzando en su objetivo de ser un actor relevante que compita con Petro-Perú y Repsol.

— La industria petrolera está complicada. ¿Cuál es su diagnóstico? 
Tenemos dificultades en diferentes áreas de la cadena. La parte ‘upstream’ está totalmente paralizada, con un oleoducto muy antiguo que no es confiable para transportar el crudo y la calidad del crudo no es la mejor para el combustible que se requiere en los motores. También tenemos unas refinerías muy antiguas de las cuales ya La Pampilla ha hecho un ‘upgrade’ y va a mejorar mucho, pero no es suficiente. Por otro lado, la Refinería de Talara es una incógnita.

— Se dice que nuestro crudo es muy pesado y ninguna de las dos refinerías tendría la capacidad para refinarlo.
Definitivamente. Habría que hacer una inversión enorme o construir una refinería nueva con la tecnología adecuada para refinar este crudo. De hecho, mucho del crudo pesado se exporta, es refinado, y luego regresa al Perú ya como producto refinado.
Supuestamente, la inversión [en las refinerías] apunta a mejorar la calidad del combustible, pero no se incrementa la capacidad de producción de La Pampilla ni de Talara, solo se está atacando la calidad. Entonces, no vamos a solucionar los problemas [para atender la] demanda, pues la capacidad seguirá restringida.
— ¿Qué opina de los nombramientos de Augusto Baertl y Eduardo García Rosell en Petro-Perú?
Son muy positivos y van a dar un giro en lo que es la actividad y la forma de actuar de Petro-Perú. El rol de Petro-Perú se ha discutido mucho. Hasta dónde debe ser subsidiada o no, cómo debe competir en ciertos segmentos. Si Petro-Perú fuese una empresa privada y tiene que invertir tantos miles de millones de dólares en una refinería, tendría que recuperarlos de alguna manera, y eso debería traducirse en los precios. Creemos que eso no va a ocurrir, que esto va a ser un costo hundido.

— ¿Cómo le va a PBF en este entorno?
Nosotros competimos como importadores, no tenemos producción local. Lo hacemos con un producto de calidad adecuada, que cuando entramos no había en el Perú. Recién Repsol en La Pampilla va a poder sacar un producto que se acerca al que tenemos. Otra cosa ha sido aprovechar esta hegemonía que había entre Repsol y Petro-Perú, pues estaban muy bien acomodados. Hemos generado competencia.

— ¿La desaceleración del sector minero ha afectado la demanda?
El consumo no cayó drásticamente, pero sí se frenó el prospecto de crecimiento. Hemos encontrado oportunidades en este segmento, ya que BP [accionistas de PBF] está especializada en soluciones para el sector minero.

— Están apostando por el segmento de aviación.
No solo se trata de suministrar el combustible, sino también administrarlo en el aeropuerto a través de AirBP. Hemos formado un ‘joint venture’ con ellos aquí en el Perú y estamos entrando en las licitaciones que se vienen en los aeropuertos concesionados en provincia.