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  • El disputado proyecto petrolero Willow en Alaska ha sido aprobado por la administración Biden y, a juicio de Wood Mackenzie, la aprobación del mismo en tres fases lo hace económicamente viable
El Departamento de Interior de los Estados Unidos ha aprobado hoy el proyecto Willow en la Reserva Nacional de Petróleo de Alaska (“National Petroleum Reserve-Alaska“, NPR-A). La decisión se refiere a la explotación de tres plataformas en lugar de las cinco originalmente previstas y va acompañada de la renuncia de ConocoPhillips a 68.000 acres de arrendamientos existentes. El nuevo Registro de Decisión sustituye al recibido en octubre de 2020, que fue anulado posteriormente a raíz de un proceso judicial. En opinión de los analistas de Wood Mackenzie, la aprobación del proyecto en tres fases lo hará económicamente viable.

“La decisión permitirá a ConocoPhillips avanzar en el desarrollo, que ahora sólo espera la decisión corporativa final de inversión”, dijo Mark Oberstoetter, jefe de upstream de las Américas (no L48) para Wood Mackenzie.

Siguió comentando el Sr. Oberstoetter: “ConocoPhillips cuenta con un inventario de proyectos amplio y global. El crecimiento en Willow añade cierta diversidad deseada a una cartera ponderada en el Pérmico, pero la empresa también ha articulado sistemáticamente sus rigurosos criterios de inversión y su marco de costes de suministro. ConocoPhillips ha afirmado en numerosas ocasiones que todo lo que no sea la “Alternativa E” de tres plataformas de pozos haría que el proyecto Willow resultara antieconómico. Nuestro modelo económico independiente corrobora esa afirmación”.

Según el modelo de Wood Mackenzie, si se redujera el número de pozos permitidos de tres a dos, la tasa interna de rentabilidad del proyecto después de impuestos pasaría del 15% al 9,8% y el valor actual total después de impuestos (tasa de descuento del 10%) se reduciría de 1.865 millones de dólares a 54 millones negativos. Estas estimaciones se basan en un precio a largo plazo del Brent de 60 dólares por barril. Los costes de explotación, las tarifas de transporte y los cánones/impuestos estatales sobre el petróleo son más elevados en Alaska que en otras regiones productoras de petróleo de Estados Unidos.

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De acuerdo Oberstoetter, “nuestro cálculo de la participación del gobierno en los ingresos a lo largo de los 30 años de vida del proyecto asciende a un total de 15.200 millones de dólares (4.700 millones de valor actual descontado al 10% hasta 2023)”.

Agregó: “Esos ingresos beneficiarán al estado de Alaska, al gobierno federal o a los grupos indígenas que participarán en los beneficios. En la actualidad, los cánones que percibe el gobierno federal de Estados Unidos se utilizan para financiar el popular programa de Parques Nacionales. En la actualidad, la mayor parte de esos derechos proceden de proyectos en alta mar en el Golfo de México, una región de hidrocarburos en proceso de maduración con menos descubrimientos comerciales a gran escala”.

El ámbito del proyecto de las tres plataformas contó con el apoyo legislativo unánime de Alaska tras una resolución tanto de la Cámara de Representantes como del Senado de Alaska. La propuesta de Willow recibió el apoyo de muchos grupos y líderes indígenas, aunque no de todos. Según Oberstoetter, es raro que un proyecto reciba apoyo unánime en cualquier lugar.

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El Sr. Oberstoetter añadió: “La decisión es un hito para el sector upstream de Alaska, que en la última década ha cosechado éxitos en la exploración del yacimiento Nanushuk, pero que hasta ahora ha tardado en llevar esos descubrimientos a la fase de desarrollo. Muchos de esos proyectos se llevan a cabo en tierras administradas por el Estado, por lo que no requieren aprobación federal”.

“Ahora se está produciendo una reactivación de la producción en la vertiente norte. Con Willow sumándose a otros proyectos como Pikka, las nuevas plataformas de Milne Point, Narwhal, Nuna y Coyote, prevemos que la producción vuelva a los 700.000 b/d en 2030, niveles registrados por última vez en 2008. Sin la producción de Willow y de estos otros nuevos proyectos, el sistema de oleoductos Trans Alaska Pipeline System (“TAPS”) acabaría teniendo problemas de bajo caudal, lo que pondría en peligro toda la producción procedente del North Slope”.

Las proyecciones de Wood Mackenzie sugieren que la intensidad de las emisiones de Alcance 1 y 2 de Willow sería inferior a la de otros proyectos de Alaska, e inferior a la de muchas de las fuentes actuales de importación de petróleo estadounidense.

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Las emisiones de alcance 3, la combustión y el uso de los productos derivados del crudo, serían la mayor fuente de emisiones. Pero esto es igualmente cierto para todos los demás proyectos. La Administración Biden también pretende eliminar las aguas federales del mar de Beaufort de futuros arrendamientos.