Hasta el lunes último todavía atendían algunos grifos hasta las 8 de la mañana, pero desde que los informantes de los huelguistas pusieron al tanto sobre este hecho que no es ilegal, dejaron de atender y las ventas se están dando a escondidas.
Según versión de los dirigentes de asentamientos humanos que se sienten afectados por este desabastecimiento, esta situación ha incrementado el caos en la ciudad, principalmente en el cono sur de Manantay y los sectores alejados de Yarinacocha.
“Es necesario pronunciarse, puesto que el combustible (gasolina 90) es la más comercial para los vehículos de transporte urbano. Actualmente se ve largas colas en el asentamiento humano Luz y Paz en Manantay, donde hasta el día lunes estuvieron vendiendo la gasolina a escondidas por temor a represalias de los huelguistas”, señaló Robert Aquituari, vecino de la zona.
A consecuencia del desabastecimiento, cientos de transportistas acuden hasta las bases de la Asociación Forestal de Ucayali para recibir gasolina, ya que desde ayer comenzaron a regalarles algo de combustible.
Mientras tanto, en otros puntos de la ciudad, existen fuertes críticas hacía la policía porque supuestamente estarían prestando seguridad a algunas entidades privadas, aunque este punto el jefe policial descartó.
En el grifo del cruce Tarapacá con Sáenz Peña hay seguridad de las fuerzas del orden, sostuvieron, versión que fue rechazada por la policía, pero lo cierto es que el cono sur de Pucallpa está amenazado por vándalos ante la total ausencia total de la fuerza policial (Miller Murrieta).
Ministros viajarán el martes 22