Víctor Gobitz

ProActivo | La industria minera es la más importante del país no solo por su aporte económico, sino por su carácter descentralizado que cuenta con un sistema logístico que le permite llegar a las zonas más remotas del país, además de altos estándares de seguridad ambiental y ocupacional, experiencia que debió tomarse para hacer frente a la Covid 19, reflexionó Víctor Gobitz, presidente del comité organizador de Premios ProActivo.

“Lamentablemente esa experiencia, que pudo servir para construir una plataforma más eficiente ante la crisis sanitaria no se tomó. Hizo falta un gran centro de coordinación entre sector público y privado”, señaló al hablar en la Gala de Premiación de Premios ProActivo 2020.

Al respecto, anotó que a nivel institucional nos falta trabajar y tener más espacio de encuentro entre el sector público y sector privado.

“Frente al Covid, fundamentalmente las decisiones las tomó el sector público y decidió que el reinicio fuera por etapas, y demostrar que uno tenía un protocolo sanitario de alto estándar no era suficiente para salir, eso lo decidía el Estado”, fundamentó.

No entendían que áreas críticas de minería no pueden pararse

En tal sentido, refirió que el primer gran escollo fue convencer al Estado de que en las operaciones mineras hay actividades críticas que no pueden detenerse, como el drenaje de una mina, el sostenimiento de un túnel y el manejo de las aguas en una regadera, entre otros.

“Se tuvo que explicar a fondo y se logró finalmente que un equipo mínimo de personas, entre un 5% y 10% de la fuerza laboral minera se mantuviera en sistema rotativo”, lográndose así el reinicio de operaciones por fases, una primera para las de mayor dimensión a tajo abierto, la subterránea y así sucesivamente”, rememoró.

Crisis sanitaria devino en crisis económica y política

Es así como, lo que empezó como una crisis sanitaria -con un sistema de salud público poco organizado y precario- terminó convirtiéndose en una crisis económica por la extensión de la pandemia.

“Es una situación inédita, ya que también devino en una crisis política, pues los partidos políticos no han estado a la altura de la situación, carecieron de una mirada holística del problema, y eso pone algo de presión a las actividades descentralizadas, como es el caso de la minería”, acotó.

Dijo que, si bien somos un país sólido, en términos macroeconómicos, la PEA (Población Económicamente Activa) es de solo 30% de empleo formal, mientras el 70% restante es informal, y para el cual fue muy difícil cumplir la cuarentena, “porque ellos viven del día a día, factor que no se tomó en cuenta”.

Apuntó que la adopción de las mascarillas también se hizo tardíamente, y que el uso paralelo de la prueba rápida (o serológica) y la molecular, “confundieron a la gente por sus resultados dispares”.

Producción minera se ha recuperado

Remarcó que la industria minera peruana es muy relevante en el mundo, pues somos los segundos mayores productores de cobre y plata, y entre el 4to y 5to lugar en oro, plomo, zinc y estaño, “por lo que tenemos las principales empresas mineras globales operando en nuestro país”.

“Lamentablemente se registró un tremendo bache en la producción minera a raíz de la pandemia, y que marzo y mayo fueron meses perdidos, pero luego en esta segunda mitad del año por los precios del cobre, oro y plata, comenzó la recuperación”, detalló.

Sin embargo, anotó que la economía peruana terminará el 2020 con una caída de –12% en PBI, con mayor impacto en el sector informal con -12%, mientras que la minería, la agroindustria, la pesca se ubica entre -5 y -6%.

“Entre octubre y noviembre, la industria minera ha logrado recuperar los niveles de producción previos a la pandemia, lo cual es muy bueno para el país, para el empleo y para el pago de impuestos, y para el 2021 se augura una situación similar”, acotó.

Las empresas mineras están invirtiendo fuerte en temas de mayor número de campamentos, de comedores, servicios médicos y con un protocolo sanitario que emplea como pieza fundamental la prueba molecular, que ha demostrado ser la más segura.

“Pero la rentabilidad de los negocios aún no alcanzará (los niveles pre pandemia), porque estamos operando con un nuevo estándar de distanciamiento y de protocolo sanitario”, explicó.

Logística para la vacuna demanda conocimiento público y privado

Aseguró que la solución definitiva a la crisis generada por el coronavirus va a llegar con la vacuna, pero lo cual será un gran desafío logístico para el gobierno, porque somos un país con una geografía de contrastes, y que en la mayor parte del territorio no se cuenta con la debida refrigeración para la conservación de las vacunas.

“Para afrontar esa situación hay tener la capacidad de consensuar, de usar el conocimiento público y privado porque el desafío logístico es inmenso, ya que hay que vacuna a 30 millones de personas, de los que un tercio vive en la capital, y el resto en el interior, en las zonas alto andinas y amazónicas, y existe la necesidad de preservar la vacuna en temperaturas muy bajas”, señaló.