Víctor Gobitz

Víctor Gobitz

ProActivo | Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), lanzó tres propuestas con el foco del cierre de brechas socioeconómicas para elevar el desarrollo humano de la población altoandina, zonas donde principalmente se ubican las operaciones mineras.

“En el IIMP creemos que la industria minera tiene un conocimiento vasto de ejecución de proyectos con mirada de planificación multianual, conoce los espacios altoandinos, ha desarrollado una logística multimodal, y por lo tanto, debemos ser parte activa de la solución, para lograr una gestión pública más madura”, dijo Víctor Gobitz en declaraciones recogidas por ProActivo en el marco del Jueves Minero alusivo al 78° Aniversario del IIMP.

Gobitz explicó que las poblaciones de las zonas rurales altoandinas tienen enormes desafíos geográficos, y padecen de baja conectividad y productividad en las actividades económicas que desarrollan, todo ello asociado a la poca presencia del Estado, situaciones que llevan a que en esas zonas el Índice de Desarrollo Humano sea inferior al que existe en los territorios urbanos del país.

Ver también:  El 50% de la cartera de inversión minera proviene de países con avances en la sostenibilidad

En la actualidad, debido a la serie de carencias en las zonas altoandinas, es creciente la expectativa respecto a los roles de la inversión minera en el lugar, para el cierre de brechas sociales; y por otro lado, las empresas mineras, debido a sus altos niveles de inversión, tienen una perspectiva de mediano y largo plazo que requiere certidumbre. “Esta suerte de dos perspectivas, no deberían ser antagónicas, el objetivo común debe ser el cierre de brechas socioeconómicas, las que hay que entender, cuáles son de mediano y de largo plazo, orientado al desarrollo territorial concertado”, manifestó.

Dijo que, para lograr aquel desarrollo territorial concertado, coherente y sostenible, se requiere: planificación, financiamiento y adecuadas herramientas de gestión.

Pasado y futuro

Precisamente sobre el financiamiento dijo que en las últimas dos décadas la industria minera en el Perú ha brindado al país un aporte sustancial. “En estos últimos veinte años ha pagado S/ 127,000 millones al erario nacional, cifras muy importantes, y casi la mitad, bajo el concepto de canon minero, llega a las regiones donde están las operaciones mineras”, remarcó

Ver también:  Corredor Minero del Sur: Vía de transporte mueve la quinta parte del cobre del país

Entre el 2005 y 2020 se transfirieron por conceptos de canon minero y regalías más de S/. 60 mil millones a las regiones y gobiernos locales.

Sin embargo, en los últimos quince años, desde la regionalización, los gobiernos regionales y locales ejecutaron en promedio el 63% y 61% de los fondos públicos existentes.

Con una mirada hacia el futuro, el presidente del IIMP explicó que si el portafolio de proyectos mineros de US$ 56, 158 millones, se ejecutará en la próxima década, las transferencias que se dieron -de S/ 60 mil millones, entre el 2005 al 2020- pueden duplicarse de ejecutarse aquel portafolio minero con el que cuenta el país. “A través del desarrollo de los proyectos mineros, generamos recursos financieros que nos pueden servir para cerrar las brechas sociales en las zonas altoandinas, donde están los proyectos mineros”, puntualizó.

Propuestas

En esa línea, Víctor Gobitz, presidente del IIMP, planteó las tres propuestas que demandan activa participación desde el sector minero, en: Formulación de los planes de desarrollo, la ejecución de los proyectos de infraestructura y la formulación de los presupuestos multianuales.

Ver también:  Augusto Baertl dará exposición magistral en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNMSM

Asimismo, subrayó que para el éxito del dicho propósito se requiere de la participación de los gobiernos regionales, provinciales, distritales, las ONGs de desarrollo, la academia y el clero. Asimismo, de los ministerios de Energía y Minas; de Economía y Finanzas, del Banco Central de Reserva, los gremios profesionales como el IIMP, y el Colegio de Ingenieros, además de la ciudadanía.

Dicho esquema, declaró, se sustenta en las experiencias adquiridas por la industria minera, reforzadas a través de mecanismos como el aporte voluntario, que permitió interactuar y consensuar con la población y autoridades locales para la ejecución de planes de desarrollo; así como la otra experiencia exitosa, Obras por Impuestos.

Gobitz explicó que esta reflexión en conjunto con los ex presidentes del IIMP es consecuencia del evidente factor crítico que atraviesa la industria minera. “Tenemos necesidad de debatir y tener armonía en el entorno en donde operamos”, exhortó.