Desde hace algunos años los científicos dedicados a estudiar los efectos del cambio climático alertaron sobre las catastróficas consecuencias que puede tener este fenómeno para la economía de Perú. Lamentablemente las autoridades políticas aún no dimensionan la gravedad del tema, incluso ahora que se viven los efectos como los ocurridos en Collique o Huancavelica.

Siendo un país vulnerable y dependiente del agua de sus glaciares que pierde aceleradamente, con una geografía de difícil acceso y una valiosa megadiversidad en flora y fauna es urgente políticas que apliquen medidas técnicas.

El decano de Ingenieros de Lima, Francisco Aramayo recomendó que en las zonas altas se construyan amplios andenes para que se formen “colchones de agua” que amortigüen la caída de las precipitaciones.

Propuso el uso de cunetas, similares a las canaletas construidas al costados de las carreteras, para que el agua discurra con facilidad.

Pidió con urgencia un Plan de Expansión Urbana acorde a una determinada zonificación.