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En los últimos años hemos transitado por situaciones diversas que han puesto en evidencia las fortalezas y debilidades institucionales de nuestro país. Hemos sido testigos de un continuo enfrentamiento entre dos poderes del Estado, justamente llamados a mantener el equilibrio democrático. Y, como si ello fuera poco, el arribo a nuestro país de un virus silencioso ha comprometido la salud de muchos y dejado a miles de familias sin sus seres queridos, devastando además nuestra economía y la fuente de trabajo de millones de peruanos.

En este contexto enfrentamos ahora, una nueva crisis política que no deja de sorprendernos. Cuando es más necesaria que nunca la unión, ponemos en riesgo lo avanzado durante décadas con el esfuerzo de todos los peruanos y nos distraemos de la urgencia y la energía que requiere enfrentar unidos una coyuntura sanitaria y económica sin precedentes.

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33 millones de personas debemos ser aliciente suficiente para hacer lo correcto, para no cejar en el intento, ni bajar la guardia. Todos somos parte del Estado y nos corresponde velar por que este nos brinde una nación segura y próspera. Ser ciudadanos, hoy más que nunca, exige demandar honestidad, compromiso con la función pública, generosidad y transparencia absoluta.

Estamos convencidos que toda denuncia de acto cuestionable debe recibir una inmediata y exhaustiva investigación y sanción de ser el caso, por el órgano jurisdiccional que corresponda. Asimismo, estamos seguros que el respeto a la institucionalidad democrática refuerza nuestra capacidad de continuar luchando contra la pandemia que ha tenido efectos en la salud y el empleo de millones de peruanos, más aun cuando en menos de 7 meses tendremos un proceso electoral del que todos debemos ser celosos vigilantes para que se lleve adelante con pulcritud y en los plazos ya previstos.

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La vacancia presidencial, como institución prevista en la Constitución, implica un debido proceso, serio, responsable y en resguardo de la estabilidad democrática de nuestro país. Cualquier proceso de esta naturaleza, por tanto, debe ser reflexivo, seguir las reglas propias de una investigación profunda y estar sustentado en la Constitución, a fin de evitar poner en riesgo la gobernabilidad del país.

Desde CONFIEP, invocamos a nuestras autoridades a poner por delante de cualquier otro interés, el bienestar de los peruanos, que estamos pasando por la peor crisis sanitaria y económica de nuestra historia.