Guido del Castillo

Guido del Castillo (Foto: ProActivo).

Por: Mónica Belling. 

Con una frondosa producción en todo ámbito y una resistencia indomable a las adversidades, Guido del Castillo trabajó hasta el último momento de su vida. La geología y la minería, fueron sus dos grandes pasiones que le dieron todo y a las que dio todo. Guido se fue esta madrugada y con su partida se cierra una etapa de destacados fundadores mineros peruanos, que comprendieron la minería en toda su dimensión y la convirtieron en un valor para el Perú.

Sus desarrollos de ingeniería y negocios colaterales que fueron de la mano con las actividades mineras, estuvieron vinculados siempre al conocimiento de la majestuosa y respetuosa Cordillera de los Andes, la cual había recorrido por tierra y reconocido por aire.

Hace muchos años, cuando un político se refirió a sus paisanos y dijo “nosotros los serranos”, Guido me precisó: “No es correcto decir serrano a la gente del Ande”, rectificándolo “lo correcto es decirle andino y que sienta ese peruano todo el orgullo de lo que nos entrega nuestra maravillosa Cordillera”.

Se desempeñó como “Mine Foreman” de la Cerro de Pasco Corporation en 1960, había ingresado con 26 años, meses después del motín que dio lugar al libro “Redoble por Rancas”, del escritor peruano Manuel Scorza. Era muy joven y allí comprendió lo que hoy se dice “a las partes”. Y así en su libro “Historias de un Minero”, publicado en agosto del año pasado precisó: “Los incidentes de ese hecho violento inspiraron la novela Redoble por Rancas, de Manuel Scorza. Si bien era nuevo en la compañía, reconocí a algunos de los personajes que, en el fondo, fueron maltratados por Scorza. Nosotros, solo éramos empleados de la compañía que cumplíamos directivas en una situación crítica”.

Guido recordó también en su libro que en la Cerro de Pasco fue sometido a “trabajos pesados en ambientes de gases nocivos, habiendo probado tener aptitudes físicas adecuadas”, y seguidamente agrega “ahora sí han afectado mi salud”, resellando ello con una foto de dicho certificado.

La pérdida de su hijo Andrés fue un gran dolor que llevó siempre en su corazón. Meses después empezó una tarea titánica y desprendida, como fue la creación del museo de minerales, Museo Andrés Del Castillo – MAD.  Con un trabajo permanente e indesmayable, desde la reconstrucción de la Casa Belén -una pieza arquitectónica de Lima- hasta la presentación de su valiosa colección de minerales, enriquecida año a año En esos ambientes incorporó también piezas de la cultura Chancay en la que destaca el Cuchimilco, que fue representado recientemente en “Milco”, la mascota de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos de Lima 2019.

Empresarialmente comienza a destacar con Minera Del Hill, y luego vienen sus descubrimientos de diversas minas de oro en el sur del Perú.

Guido del Castillo, ha sido uno de los brillantes empresarios mineros peruanos, un cusqueño que, en los últimos años de su vida, sin dejar de estudiar proyectos mineros, dedicó buena parte de su tiempo a labores altruistas desde el MAD, y con distintas organizaciones educativas y artísticas. Otra de sus últimas entregas generosas fue para los alumnos de la Universidad Nacional de Ingeniería, su alma mater.

Descansa en paz Guido.

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