Raúl Jacob Ruisánchez

ProActivo | Raúl Jacob, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, dio alcances sobre los grandes retos que afrontará la minería en los próximos años tras décadas de buen crecimiento, que le permite al país contar con reservas mineras para mucho más tiempo, aunque aún no logra reponerse a niveles pre pandemia.

Si bien Perú es un gran productor de metales, que contribuirán a la descarbonización y en consecuencia a la protección del planeta, el presidente de la presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) manifestó que “todavía no estamos a nivel de pre pandemia, y que el país se encuentra al 84% de actividad”, en declaraciones recogidas por ProActivo

Uno de los problemas, dijo, es la inestabilidad política que ha afectado al crecimiento de los volúmenes en el sector minero. “Normalmente, en ciclos de precios como el actual, la actividad minera debería estar en un punto de inversiones, con un avance muy fuerte de proyectos”, precisó.

Con una visión optimista, el líder gremial consideró que el sector ha empezado a recuperar el nivel técnico requerido, para lo cual se necesita reponer capacidades técnicas, además de retomar la coordinación pública – privada.

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Ingresos económicos y conflictos

“Nosotros creemos que no se ha cerrado (en el país) el círculo virtuoso de la inversión en el caso de las actividades mineras y me refiero a lo siguiente: se hacen las inversiones que son buenas y se empieza a producir con bajo costo, por lo que son muy competitivas a nivel mundial. Las empresas pagan sus impuestos y, sin embargo, pasa un tiempo y estos impuestos no acaban generando una mejora en la calidad de vida de la población”, explicó Raúl Jacob, también vicepresidente de Finanzas y CFO de Southern Peru Copper Corporation, en el marco de PDAC 2022 (Toronto).

En lo referente a los conflictos sociales precisó que se enfocaban en cuestionar los proyectos (en vías de desarrollo), ahora afectan directamente la producción de las minas en marcha, como fue el caso de Cuajone (Southern Perú) o Las Bambas (MMG), que afectaron el 20% de la producción de cobre del país.

“A la fecha, esta situación ha originado pérdidas en producción por más o menos 770 millones de dólares y el Estado peruano ha dejado de percibir 200 millones de dólares en ingresos por impuestos. Creemos que para solucionar esto, debemos de regresar a algunos principios básicos que hemos tenido en el pasado, y que han sido de gran ayuda y de soporte para lo que es el desarrollo de la actividad minera”, consideró.

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Dijo además que en escena aparece otro momento diferente, el cual consiste en tener reclamos de tipo social, de programas sociales o de incumplimiento sociales o de problemas ambientales. “Hemos pasado a tener reclamos que tienen una base económica. O sea, se está pidiendo una compensación económica y por eso se genera un conflicto social”, declaró.

El líder gremial indicó que para lograr una solución a la conflictividad social hay que desarrollar un trabajo permanente de largo plazo que establezca mecanismos de prevención y gestión de conflictos que involucre a los niveles estatales correspondientes, haciendo prevalecer el Estado de derecho, para poder lograr el uso eficiente y transparente del canon y regalías que genera la minería, sostuvo,

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Jacob afirmó que hay una gran oportunidad de ponerse de acuerdo entre las instancias correspondientes al interior del Estado, y ver la manera de mejorar el uso de los recursos, como son los fondos del canon minero, que representa la mitad del impuesto a la renta que pagan las compañías mineras.

“Creo que ahí hay un espacio muy importante para conseguir una mejora significativa en el trabajo social que puede hacer el Gobierno y el Estado en conjunto”, agregó.

Finalmente, Raúl Jacob, presidente de la SNMPE, subrayó la urgente necesidad de reforzar los mecanismos de creación de solución de los conflictos sociales que se registran en la actividad minera y en otros sectores. “Muchas entidades públicas tienen su pequeña unidad de solución de conflictos sociales, pero no necesariamente tienen ahí a los mejores talentos enfocados en solucionar estos problemas que en algunos casos se vuelven recurrentes. Ahí existe una oportunidad a partir del Estado, de organizar algo que sea mucho más efectivo en cuanto a la intervención y la búsqueda de una solución sostenible ante la conflictividad existente”, acotó.