Rómulo Mucho

Por: Ing. Rómulo Mucho 

Nuestras principales preocupaciones son la vacunación urgente de todos los peruanos para que vuelvan a hacer su vida normal y productiva, atención oportuna en la salud, alimentación garantizada, generación de empleo y calidad de educación.

Medidas urgentes para reactivar la economía

El próximo Gobierno que salga elegido tiene una tarea titánica de retomar el crecimiento y erradicar la pobreza. La grave crisis generada por la pandemia y la deficiente gestión para enfrentarla ha agravado las inequidades, desigualdades económicas y sociales en nuestro país.

Si hacemos un poco de historia, el crecimiento económico anual promedio del 2002 al 2013 fue de 6.1%, el de 2014 al 2019 fue por debajo del 4%. A partir del 2014, el aumento del PBI ha venido a un ritmo decreciente hasta llegar al 2019 cuando crecimos un 2.16%.

Luego vino la estrepitosa caída del PBI de -11.12% en el 2020. Esto ha afectado al empleo y los ingresos de los hogares especialmente de los que menos tienen. Los empleos y los ingresos junto a los programas sociales, son los principales mecanismos de reducción de la pobreza. Entonces, la gran tarea es: reactivar la economía, alcanzar niveles de producción pre pandemia y recuperar las tasas de crecimiento potencial de al menos 5% anual.

El Estado en las últimas décadas ha mostrado su total disfuncionalidad, una ineficiencia y una corrupción en todo nivel, sumado a las carencias y deficiencias estructurales que padecemos, han causado la desigualdad, la marginación e injusticia en la mayoría de los peruanos. El proceso de descentralización mal diseñado y ejecutado, cuando el sentido común recomendaba hacerlo gradualmente, se aceleró y hoy mismo no existe una evaluación seria sobre el impacto y los resultados que se han logrado.

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De estas lecciones podemos estimar que se necesitan hacer reformas urgentes en el capital humano, quizá el más importante, en educación, en el ámbito laboral, el tributario y el político. Según Eduardo Morón, aquí algunas medidas urgentes: a) retomar una senda fiscal sostenible, b) crecimiento que favorezca la creación de empleo adecuado, c) necesidad de empresas que busquen ser más productivas, d) modelo que debe crear riqueza y redistribuir mejor, e) mayor diversificación que reduzca nuestros riesgos, y f) necesidad de poner foco en los servicios al ciudadano.

Respecto a las exportaciones, hemos encontrado que es el espacio de prosperidad para muchos peruanos y, a la vez, todavía tenemos un enorme potencial de exportación en la integración del Perú con el mundo. Por ejemplo, podemos duplicar nuestras exportaciones mineras porque tenemos los recursos esenciales que el mundo demanda para su desarrollo, incluido en la  energía verde (US$ 50,000 millones año).

Nos hemos convertido en especialistas en producir y hacer llegar alimentos frescos a los lugares más lejanos y mercados más exigentes del mundo, lo que ha permitido crear empleo de calidad en el sector rural. En esa línea, podemos hasta triplicar las agroexportaciones porque tenemos para ampliar la frontera agrícola e irrigar unas 400,000 hectáreas nuevas y mejorar las existentes, sembrando productos de alto valor (US$ 20,000 millones año).

En pesca, tenemos uno de los mares más ricos del mundo, además del gran potencial en acuicultura en nuestras lagunas de la sierra y nuestros ríos de la selva. En lo forestal y productos derivados de la madera contamos con un potencial enorme, un potencial de cinco veces Chile (Chile exporta más de US$ 6,500 millones anuales), es decir, tenemos un potencial extraordinario.

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Escenario externo para la minería

En la actual coyuntura que vivimos en el país, la industria minera atraviesa por el mejor escenario externo y, a la vez, el peor escenario interno, entonces es importante saber sobre las perspectivas que afrontará la minería a partir de las propuestas formuladas por el partido elegido. La coyuntura electoral se ha constituido en un riesgo mayor para la estabilidad y el crecimiento de esta actividad en el mediano y largo plazo, estamos convencidos que si la minería crece, gana el Perú.

La industria minera peruana es líder mundial que proporciona elementos esenciales para nuestra vida moderna y, al mismo tiempo, ayuda a hacer crecer la economía y aporta al desarrollo de los pueblos y las comunidades. Debemos mencionar que debido a la disfuncionalidad del Estado –a través de los gobiernos central, regional y local– ha fracasado en la redistribución de la renta minera y hasta hoy muchas comunidades del interior del país, con toda justicia, siguen reclamando el aporte de la minería para elevar su calidad de vida.

Otras reformas pendientes deben enfocarse en ofrecer tasas de impuestos y regalías competitivas a nivel internacional, regulaciones más eficientes para atraer mayores inversiones. La industria minera y el Estado, tienen que estar comprometidos también en desarrollar a los proveedores de servicios y de tecnología, con ello se incrementará no solo nuestra capacidad tecnológica, sino también la creación de empleo y la producción del país.

En la década que pasó, se captó alrededor de S/ 100,000 millones de renta minera, pese a que no salieron muchos proyectos por la falta de apoyo de los gobiernos de turno. En la década que se inicia, si desarrollamos los proyectos en cartera, más los que deben seguir produciendo, este monto puede llegar a los S/ 300,000 millones, estimados con los nuevos precios de los metales. Con estos números y con un gobierno que respete las inversiones y las libertades, la minería debería ser el aliado y el activo más importante para la reactivación económica del Perú.

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Respecto a las inversiones, sostengo firmemente que el país debe lograr alrededor de un 28% del PBI de inversión bruta cada año (inversión pública más privada) para hacer crecer la economía, derrotar la pobreza y cerrar las todas las brechas de desigualdad.

Sabemos que la inversión privada es en promedio un 80% de la inversión bruta y dentro de ella la inversión en minería ronda alrededor del 20%, dependiendo de los gobiernos que apuesten o no por esta; en algún momento representó un 28% de la inversión privada. Enfáticamente puedo señalar que la inversión privada es la que genera empleo de calidad y, a la vez, riqueza, ahorros y divisas, por ser actividades de mediano a largo plazo, mientras la inversión pública genera trabajo temporal, transitorio, como para salir del paso, tal como está sucediendo con “Arranca Perú” y otros programas sociales.

Todavía es tiempo de reflexionar, evitemos que el Perú retroceda después del enorme esfuerzo que costó recuperarnos de otros fracasos, de lo contrario, sufriremos de las consecuencias de un gobierno antimercado, estatista y corrupto.