empleado_empresa_Clima laboralAunque no sea tu intención hacer sentir mal a una persona en tu trabajo, evita estos temas de conversación y mejora el clima laboral.

El lugar de trabajo puede ser un espacio difícil para operar desde una perspectiva social. Siempre quieres ser amigable, pero hay ciertos temas que son inapropiados para la oficina. A veces sin siquiera saberlo podrías decirles cosas a tus compañeros que pueden ser consideradas inapropiadas o discriminatorias, tanto que hasta podrías dejar la empresa con una demanda.

Te presentamos ochos cosas que tú o tus compañeros pueden evitar decir.

1. Preguntarle a alguien cuándo se va a retirar. Esto puede ser considerado como que la persona está muy grande para el puesto. Aunque la discriminación basada en raza o género es más usual, la discriminación por edad puede ser tan sutil como referirse a alguien “de la época pasada” o como decirle el famoso dicho “no puedes enseñarle al perro viejo nuevos trucos”. En general es mejor evitar remarcar la edad de alguien a menos que ésta sea relevante para su habilidad de realizar algún trabajo.

2. Burlarse del tono de piel. Ya sea que esté “muy pálido”, “muy moreno” o “casi negro”, procura nunca referirte al color de una persona.

3. Hacer declaraciones positivas sobre un grupo étnico o raza. La frase “tu grupo de gente” no es positiva, ya que establece que estás refiriéndote a un empleado en algún grupo con determinadas características. Aunque éstas sean positivas, puede llevar a que otros en tu oficina se pregunten si tus juicios respecto a su raza influye en lo que piensas de su trabajo.

4. Preguntarle a alguien sobre la historia médica de su familia. Mucha gente no ha escuchado sobre la discriminación genética, pero en Estados Unidos la Ley de No Discriminación por Información Genética de 2008 protege a los trabajadores de ser señalados por la historia de salud de su familia (por ejemplo cáncer).

Aunque decir ciertos comentarios o molestar levemente no se considera como algo grave, repetir constantemente que el empleado es susceptible a contraer ciertas enfermedades puede ser considerado como acoso.

5. Comentar sobre la apariencia de un compañero. En esta época de los emails y mensajes instantáneos, puede ser difícil saber interpretar el tono en la comunicación online. Aunque quieras hacer una observación inofensiva como “ese nuevo atuendo se te ve muy bien”, eso puede oírse como un comentario sexual si la persona a la que se lo dices le resulta imposible leer tu lenguaje corporal cuando lo dices. Este tipo de comentarios pueden hacer sentir incómodas a las personas, también puede hacer que su productividad disminuya.

6. Usar lenguaje de género. En algunos lugares se puede describir a un cliente como “actuando como un niña chiquita” o a una jefa difícil como “una bruja”, pero estas palabras tienen una connotación de género que puede hacer que tus compañeros crean que sólo las mujeres son capaces de ser groseras o quejumbrosas.

Además, algunas características pueden ser interpretadas diferentes para mujeres y hombres, como por ejemplo asertivo puede ser un hombre que es “líder” , mientras que una mujer asertiva es pensada como “mandona”. Evita estos malentendidos y no lastimes los sentimientos al decir exactamente lo que quieres de una forma neutral.

7. Pedirle a alguien que hable en nombre de su raza/etnia/género/sexualidad. Tal vez hay un tema del que se está hablando en todos los medios de comunicación y quieres saber qué piensa tu compañero latino/gay/de raza negra/mujer. Esto está bien, pero no hagas la pregunta como si fueran una minoría. Sin importar lo que hagas, no empieces la oración así: “Como una persona latina/negra/gay….” Esto puede señalar a tu compañero de una forma desagradable.

8. Preguntar a otra persona sobre sus creencias religiosas. Aunque está bien preguntar sobre lo que harán en sus vacaciones, es mejor no pedir detalles específicos sobre las creencias religiosas y sus prácticas a menos que ellos lo mencionen primero. Expresar mucho interés puede dar la imagen de que tu opinión de la persona (y tal vez sus capacidades laborales) depende de sus creencias.

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