Paul Remy, secretario técnico del Comité Nacional ISO 26000 Responsabilidad Social

Paul Remy, secretario técnico del Comité Nacional ISO 26000 Responsabilidad Social

¿Cuál es la base de las relaciones entre empresas y comunidades?

El diálogo es imprescindible, es la mejor forma de vincularse con los demás. Pero requiere calidad adecuada, con mensajes comprensibles y que interese a la gente, además debe considerar que el mensaje puede ser apreciado o rechazado en función del momento en que se trasmita.

Cuando no hay conflictos, los mensajes son mejor escuchados y entendidos por los grupos de interés que durante las controversias y paralizaciones. Brindar mensajes en tiempos de paz, ayuda a blindarse para la guerra.

¿Los mensajes deben segmentarse?

Sí, hay que saber a quién quieres llegar y persuadir. Con frecuencia uno no termina dialogando con los directamente impactados -como son las comunidades-, sino con los que más reclaman, que son otros grupos de interés, que pueden ser de la zona o de una organización, red o colectivo de fuera.

También están los afectados directos, ya sea por el polvo, ruido y alteraciones del entorno. A ellos hay que compensarlos, mejorar sus condiciones de vida.

Otro segmento, es el de los preocupados, gente a la que la operación no la va afectar, pero quiere saber qué pasará con el agua, los servicios y los caminos. Ellos sólo requieren información. Por último tenemos la zona de influencia indirecta, que quieren saber de qué forma se beneficiarán en educación, emprendimiento, salud y otros servicios.

Se debe saber relacionarse con cada grupo. Al opositor hay que confrontarlo y hablarle acerca de cuáles son los problemas y encontrar soluciones.

¿Cómo las empresas pueden obtener la confianza de las comunidades?

Cuando uno habla con ellos y les pregunta ¿por qué te opones? responden que en realidad tienen un familiar a quien le gustaría ser parte de la operación, así que les pedimos que los traigan para calificarlos y capacitarlos. Hay cosas que si funcionan, y Perú sigue siendo una súper plaza de inversión minera porque las cosas funcionan.

El sector minero, petrolero y energético en los últimos años aprendió mucho, no solo en temas técnicos, sino en actitud, acerca de escuchar y de oír.

Cuando tienes un buen proyecto social pero el trato es vertical, distante y arrogante. La gente dice: “estos mineros trabajan bien, pero son unos sobrados”.

Por lo general en las zonas mineras existe poca presencia del Estado, y las empresas de cierta forma asuman ese rol. ¿Cómo lidiar con ello?

Eso está pasando. Una cosa es que esperemos que el Estado ocupe todo el terreno nacional, convenza a todos y después que venga la minería. ¿Lo hará? Es absolutamente utópico, no va a pasar. En realidad el Estado requiere competencias especiales para eso, pero ¿las tiene?

Si se quiere que el Estado maneje la Consulta Previa ¿Quién va a ir? ¿El equipo de la Consulta Previa está equipado? ¿Instrumentado? ¿Tiene competencia? ¿Tiene paciencia? o ¿Irá la División de Operaciones Especiales (DINOES) con sus armas? Creo que las compañías mineras han aprendido a generar su propio sistema de diálogo, haciendo que la Consulta Previa sea ya innecesaria.

¿Cree que con la creación del ministerio de Desarrollo e Inclusión Social se reducirán los conflictos sociales?

La clave para resolver los problemas es que las personas hagan día a día su trabajo. Varios ministerios y entidades del Estado tienen función social -educación, trabajo, salud- y la magia estará en cómo el nuevo ministerio logre que funcionen como un sistema y no como entes autónomos.

Perú bajó 19 puntos de pobreza en los últimos 6 ó 7 años. A esto hay que meterle más “punche” con la ayuda del ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, y del sector privado.

Hay que hacer que las cosas que caminen bien funcionen mejor y generen mayores impactos positivos, la línea final es saber en cuánto ha mejorado la calidad de vida de la población marginal