Rubén Arratia

Entrevista exclusiva al Ing. Rubén Arratia Barrantes, experto en economía de minerales, conocedor profundo de la minería Latino Americana y Director de Investigaciones de la prestigiosa consultora en minería y energía Wood Mackenzie de UK.

El Perú es un país minero donde el cobre es fundamental para su economía. ¿Cuál es el futuro de la demanda del cobre?

La respuesta corta es, el cobre tiene una demanda brillante. Existen tres razones que sustentan esta apreciación. Una es la demografía global; dos, la revolución de la transición energética y tres el crecimiento de la economía global. Para el 2050 seremos casi 10,000 millones de habitantes y casi el 70% vivirá en las ciudades (comparado con el 56% hoy) demandando más cobre y otros metales.

La transición energética, como parte de la descarbonización del mundo, incluye remplazar a los hidrocarburos por energía sustentable como la solar y la eólica y desfasar el uso de vehículos de combustión interna por vehículos eléctricos que consumen más metales. Esta transición está tomando “momentum” y demandará muchísimo más cobre y otros metales.

Finalmente, en Wood Mackenzie esperamos que el incremento de la economía global entre el 2020-2040 se acerque a los US$ 60,000 miles de millones, cifra superior a los 33,300 miles de millones de incremento durante el periodo 2000-2020 cuando se dio el super-boom chino.

¿Específicamente a cuánto crecerá la demanda de cobre?

La demanda total de cobre el 2021 fue de 31Mt y estamos esperando que para el 2040 llegue a 46Mt. Para poner en perspectiva esto, durante el periodo 2000- 2020 (del super boom Chino) la demanda incremental fue de casi 9Mt de cobre y para los próximos 20 años esta será de casi 17Mt. Prácticamente el doble. Esto va a requerir de más minas de cobre y más recirculación de chatarra de cobre (scrap) para cubrir esta demanda. Esta es una nueva frontera de demanda de cobre y lo será mucho más aún si se quiere caminar el escenario de transición energética acelerada para lograr 1.5 grados en lugar del caso base de 2.5-2.7 grados.

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¿Y cómo se ve el futuro de la oferta de cobre de minas?

Se ve muy gris y por tres razones también. Una, el envejecimiento y agotamiento natural de las minas de cobre actual. La producción de éstas va decayendo al 2% anual; dos, las demandas sociales son cada vez más exigentes en los países mineros y tres, la inestabilidad política social en dichos países. Estas tres razones hacen prever que la oferta de cobre de mina no caminará al ritmo de la demanda y no podrá suplir a tiempo las necesidades de cobre. Por ejemplo, para el 2040, W. Mackenzie estima un déficit de oferta (supply gap) de 17 millones de toneladas de cobre de mina equivalentes a más de US$ 270,000 millones en capital de inversión.

¿Esto quiere decir que se puede esperar un súper ciclo de precios?

Por supuesto, el precio del cobre en el mediano/largo plazo puede subir tanto que puede empezar a caminar territorios de sustitución por parte de otros metales como el aluminio y también incentivar la recirculación de chatarra.

¿Esto representa una oportunidad grande para los países mineros y para los inversionistas?

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Es correcto, pero no será nada fácil atraer inversión debido a la inestabilidad política y social que “ofrecen” buena parte de los países mineros incluyendo Perú y ahora también Chile. De acuerdo con nuestra compañía hermana Maplecroft, más del 90% de las operaciones mineras del mundo están ubicadas en países de mediano y alto riesgo.

Por otro lado, los inversionistas están renuentes o dubitativos en invertir miles de millones de dólares en proyectos de más baja calidad (menores leyes) y con demandas sociales que hacen inviable el desarrollo de dichos proyectos dado que ellos, al ser casi marginales, no tienen las “espaldas financieras” de los proyectos de clase mundial que ya se desarrollaron.

¿Y qué rol jugara Perú y Chile en la oferta futura de cobre?

Chile es un país minero maduro con solo 6 proyectos greenfield pero con 17 proyectos brownfield que suman una cartera de US$ 61,000 millones con capacidad de ofertar/ adicionar 3.66Mt/a de Cu, pero estos requieren bombear agua (desalinizada) del mar a las minas y esto llega a costar a veces billones de dólares. En cambio, Perú tiene 18 proyectos greenfield de cobre que podrían suplir 1.8Mt/a de cobre y muy pocos proyectos de brownfield. La cartera total suma US$ 32,000 millones de dólares y podrían adicionar 2.13Mt Cu, pero su ejecución es mucho más incierta que en Chile dado que muchos de esos proyectos tienen ya por muchos años una oposición fuerte por parte de las comunidades y/o de los mismos gobiernos regionales o nacionales.

La ironía es que ambos países necesitan desarrollar sus proyectos para reponer la caída de producción (ergo la caída de sus ingresos por impuestos). Para el 2040 la producción de Chile bajaría (ceteris paribus) en 2.5Mt Cu, mientras que la de Perú bajaría en 1.8Mt Cu. De todas maneras, el cobre que no se produzca en Chile o Perú tendrá que producirse en otros países mineros.

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¿No es una ironía que el cobre sea el pan de estos países y que se opongan al desarrollo cuprífero de los mismos?

Sí, es una triste ironía, pero como mucho en la vida de los seres humanos no solo prima la razón sino también los sentimientos y resentimientos.

El pasado ambiental de la minería y la falta de desarrollo económico donde se hacía minería sigue siendo un pasivo en el imaginario popular y lamentablemente la mayoría de las comunidades no sabe cómo ha evolucionado o cómo se ha modernizado el sector minero no solo en tecnología (de precisión y ciencia ficción), sino también en sus autoexigencias sociales y ambientales. Tanto la mediana y gran minería de Chile y Perú han mostrado ser altamente responsables y hoy tienen otro reto, producir cobre con mínimas emisiones de carbón hasta llegar a ser actividades económicas neutras en emisión de carbono.

Los proyectos futuros se medirán no solo por su rentabilidad sino también por su reputación ambiental, social y de gobernabilidad corporativa (ESG por las siglas en Ingles). Esto y el atraso significativo de desarrollo de proyectos será la nueva frontera que la oferta de cobre de minas deberá superar.

Revista-ProActivo_Edicion-213

Este artículo es parte de la Edición N° 123 de Revista ProActivo.