Gobierno del presidente Donald Trump no consideró el posible daño ambiental cuando decidió reanudar las ventas de carbón extraído de terrenos federales.

Alrededor del 40% de la hulla extraída en Estados Unidos proviene de tierras federales, principalmente de los estados del oeste. Las compañías extrajeron unos 4.000 millones de toneladas de carbón de reservas federales en la última década y aportaron 10.000 millones de dólares a las arcas federales y estatales mediante regalías y otros pagos.

Sin embargo, Brian Morris, juez federal de Montana, dice que la administración de Trump no consideró los efectos ambientales de reanudar las ventas de carbón de las tierras federales pero no llegó a detener las ventas futuras.

El juez de Montana, indicó que los funcionarios del Departamento del Interior eludieron equivocadamente una revisión ambiental de la medida por describirla “como un simple cambio de política”. De esta manera, las autoridades ignoraron las consecuencias ambientales de vender enormes volúmenes de hulla extraída de tierras públicas, agregó.

Cabe indicar que en el gobierno del presidente Barack Obama se impuso en el 2016 una moratoria a la mayoría de las ventas de carbón procedente de tierras federales. La medida se debió a las objeciones de que las bajas regalías pagadas por las compañías mineras perjudicaban a los contribuyentes y la quema de ese combustible agravaba el cambio climático.

Pero en marzo del 2017, Trump levantó la moratoria con el fin de revitalizar la alicaída industria del carbón del país.

Fuente: La República