Masificación del gas natural en Perú

(Foto: GEC)

Después de 20 años de explotación del gas de Camisea las condiciones han cambiado. Es posible revisar los contratos del lote 88, destinado al consumo local, y lote 56, de exportación, sin perder la perspectiva. Incentivar las exploraciones tomando en cuenta que algunas operaciones de perforación ya no existen y otras quedaron en espera. Y, sobre todo que, para lograr la masificación del gas, es responsabilidad del Estado la construcción del gasoducto del sur, plantas de transformación, redes urbanas y rurales – hasta las conexiones domiciliarias – y otras obras e intervenciones.

Las obras para masificar el gas pueden ser financiadas con el canon minero y de hidrocarburos. El canon ingreso excepcional para obras excepcionales – es mal utilizado por los gobiernos locales y regionales. Desde el 2004, Cusco recibió S/ 22,572 millones. Como en otras localidades del interior sobran los monumentos y palacios municipales ostentosos sin beneficiar a los pobladores. La emisión de bonos permitirá que más adelante, los gobiernos subnacionales recuperen su canon.

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La “ iniciativa ” confiscatoria del expremier Guido Bellido fue una brabucona sin sustento técnico y legal. “Recuperar los recursos naturales” es el estribillo populista más elemental. No hay manera de resolver contratos de manera unilateral. Los caprichos ideológicos y pataletas demagógicas colocan al país en mala posición en los mercados mundiales. Las denuncias contra el Estado terminan en laudos adversos que son pagados por todos los peruanos. Los actos de provocación y la vena comunista inocultable del Ejecutivo cuestan caro. Reorientar el canon es propuesta viable y audaz.

Fuente: Correo