Víctor Gobitz, CEO de Compañía de Minas Buenaventura.

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En las regiones del entorno minero, la gestión pública carece de visión de país y se ignora que el papel es generar desarrollo dentro y fuera de su ámbito, sostuvo Víctor Gobitz, CEO de Minas Buenaventura.

“La industria minera fundamentalmente está en la zona alto andina, en donde la gestión pública, llámese gobiernos regionales, es todavía poco madura, y con una mirada muy local. Una mirada sin visión de país”, subrayó durante los Premios ProActivo 2019, al abordar el tema: ¿Cómo viabilizar la sostenibilidad del país?

Al respecto, aclaró sobre ese criterio “lo digo en positivo, no en sentido peyorativo”, pues se trata de que todos los involucrados hagan un gran esfuerzo para lograr que la gestión pública en esas jurisdicciones madure, para que pueda generar el desarrollo deseado.

“Lamentablemente hasta ahora, esta falta de madurez ha generado un efecto pernicioso, porque vemos que hay muchas personas que hacen, vamos a llamarlo entre comillas, ‘carrera política’, ejerciendo esta visión (de gestión pública) pequeña y corta”, cuestionó.

“Sino habrá más Tía Marías”

Gobitz advirtió que si ese sesgo de gestión pública persiste, “habrá más Tía Marías, este tipo de conflictos en donde claramente el gobierno regional no está mirando a su región, a su territorio, como un espacio donde tiene un mandato popular de gestionar y generar desarrollo”.

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El empresario invocó a “trabajar todos juntos, tenemos que lograr generar concordia y entender dónde está la causa raíz de esos problemas”.

En tal sentido, consideró, “yo no creo que esta discusión está entre el poder Ejecutivo y Legislativo. El problema central va a pasar por la institucionalidad a nivel regional”.

Y explicó que si este aspecto está encadenado a  la industria minera, “vemos también que otra célula institucional clave son las comunidades campesinas”.

“Hay un gobierno regional, provincial y distrital, provincial, pero finalmente hay una célula más pequeña organizativa, que controla una parte de un territorio, que es una comunidad campesina, y en donde incluso el nivel de madurez es más eficiente”, anotó.

Urge formalizar minería aurífera

En otro momento, el empresario dijo que en el Perú existe un gran sector informal vinculado a la minería aurífera, que se estima produce entre 15% y 20% de todo el oro que se genera en el país. “Y su radio de acción tiene un promedio de personas que copa  la mayor parte del  sector minero informal”, precisó.

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Manifestó que instituciones conocedoras de la industria minera, como el Colegio de Ingenieros o el Instituto de Ingenieros de Minas, deben plantear soluciones adecuadas para formalizar a ese grupo de trabajadores peruanos.

“La formalidad (de ese sector) tiene un costo mayor. Alguien tiene que pagar esa formalización, pero si logramos como industria, como gremio la incorporación de 250 mil personas, 250 mil familias a la formalidad (sería lo ideal), y hay que traer propuestas para lograrlo. Hacer catecismo (de formalización) de verdad”, apuntó.

Sector privado sin mayor acompañamiento estatal

De otro lado, el ejecutivo minero destacó el crecimiento económico sostenido del Perú en los últimos 25 años, por lo cual ostenta un buen grado de inversión que pocos países de la región tienen.

“Somos un país que tiene un Tratado de Libre Comercio con casi todas las economías importantes del mundo. Y con una economía diversificada, en el sentido de las empresas”, acotó.

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Remarcó que esto se refleja notoriamente en la industria minera, en donde participan muchas empresas extranjeras y nacionales,  “y eso nos da un nivel de riesgo bastante menor”.

Agregó que además de la minera, también destacan las compañías de la industria energética, pesquera, la agroindustria y la industria textil, bajo una mirada de crecimiento.

“Esa  es la parte positiva. La parte que nos falta desarrollar es que el sector privado ha crecido, y no necesariamente el sector público ha acompañado ese crecimiento. Es la parte del vaso que falta llenar”, afirmó.

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